Agentes del servicio marítimo de la Guardia Civil evitan el naufragio de la patrullera 'Río Duero'
Agentes del servicio marítimo de la Guardia Civil en Fuerteventura han evitado el naufragio de la patrullera Río Duero -que cuenta con 30 metros de eslora y que ha patrullado en aguas de Mauritania dentro del dispositivo Frontex- mientras navegaba entre las islas de Gran Canaria y Fuerventura después de haber reparado daños estructurales, según informó este miércoles la Asociación Unificada de Guardias Civiles en un comunicado.De esta manera, la Río Duero permaneció durante once meses en Puerto Naos, en Lanzarote, para reparar unos daños estructurales que sufrió en esta misión (Frontex). Así, tras reparar los desperfectos, la embarcación pasó una revisión de sus motores en Tenerife el pasado 24 de enero, trasladándose a Gran Canaria al día siguiente y comenzando el viaje a Fuerteventura el lunes 26 de enero.
Fue en este viaje (entre Gran Canaria y Fuerteventura) cuando saltó la alarma al detectarse una entrada de agua en la sala de máquinas, que llenó el lugar con un metro de agua en poco tiempo. Por su parte, el tiempo había empeorado y el viento era de fuerza 4-5 , las olas de más de 3 metros y no había cobertura de telefonía móvil.
Los guardias civiles activaron las bombas de achique, y se comenzaron a evacuar el agua del interior de la sala de maquinas, pero la vía de agua impedía que se lograse el vaciado, ya que entraba tanta como salía. En ese momento, la embarcación se quedó sin gobierno.
Ante estos acontecimientos, la tripulación barajó la posibilidad de tener que abandonar el barco y utilizar la lancha salvavidas. Con este panorama, se pidió auxilio por radio a Salvamento Marítimo, y pasada una hora, hace su presencia en la zona.
Por su parte, la tripulación decidió apurar hasta el ultimo momento para salvar el barco buscando la vía de agua, para lo que comprobaron las tuberías, motores y estructura. Cuando el aislamiento estanco de la sala de maquinas era la ultima posibilidad de mantenerlo a flote y quedar a merced de las olas, se localizó una abrazadera del circuito de refrigeración del motor de estribor que se había soltado, por lo que se tuvo que parar el motor para que no continuase entrando agua e intentar reparar la avería.
Asimismo, los agentes consiguieron reparar la tubería, logrando que el motor parado y los mandos funcionasen de nuevo, aunque fuese al 60% de potencia.
Durante estos hechos ningún miembro de la tripulación sufrió lesiones graves, y la navegación se saldó con pequeños golpes y magulladuras, por lo que decidieron regresar a Gran Canaria escoltados por el barco de Salvamento Marítimo para, una vez en puerto, revisar bien la avería y valorar daños sufridos.