Los alumnos del Boliche acudirán el lunes al nuevo centro “pase lo que pase”

Reunión del Consejo Escolar y trabajadores del CEIP Boliche para analizar la situación del centro (Cirenia Vico).

Thalía Rodríguez

Las Palmas de Gran Canaria —

El antiguo Centro de Educación Infantil y Primaria Boliche arrancará el curso 2014/2015 vacío. Los padres y madres de los alumnos han decidido este martes en asamblea que sus hijos no acudirán esta semana al centro. El lunes piensan presentarse a primera hora en el nuevo Centro de Educación Infantil y Primaria Siete Palmas, en la calle Lomo La Plana de la capital grancanaria, “pase lo que pase”. Durante la mañana de este martes han presentado una denuncia en la Fiscalía de Menores agotando una de las últimas vías de protesta que les quedaban.

“Nos dicen que es transitorio”, protesta José Morales, portavoz del Consejo Escolar, pero lo cierto es que la construcción del nuevo centro debió haber finalizado en febrero de 2013, y estaba previsto que los alumnos se trasladaran en septiembre de ese mismo año, pero desde entonces todo han sido trabas; un error en el proyecto, la maraña burocrática y rumores, muchos rumores.

Desde el Consejo Escolar tachan de “improvisación lamentable” la solución aportada por la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias de instalar dos aulas modulares (de 46 metros cuadrados cada una) en el patio del antiguo colegio.

A día de hoy, los alumnos del antiguo CEIP Boliche no cuentan con servicios básicos como el comedor o la acogida temprana (90 niños estaban inscritos en este servicio) porque esas instalaciones se han acondicionado como aulas por la falta de espacio. Además, con la instalación de los modulares se han perdido tres cuartas partes del patio impidiendo que los alumnos puedan recibir clases de educación física.

A este hacinamiento se le suma la queja del Consejo Escolar ante lo que considera una falta de interés por parte de Educación, “ni siquiera envían a más personal para que supervise los nuevos los horarios del recreo”, asegura Morales.

Solicitan que algún responsable de Educación “dé la cara” y no sólo la inspectora que acudió este martes a la asamblea de padres. No es la primera vez que los padres y madres de alumnos del CEIP Boliche dan un golpe sobre la mesa, el curso pasado emprendieron varias movilizaciones y recogidas de firmas para exigir la inmediata apertura del nuevo centro.

El curso pasado los grupos de primero a cuarto de primaria se duplicaron, pasando de 7 a 14, lo que provocó graves problemas de espacio. Este curso el número de alumnos ha pasado de 265 a 350 por la creación de cuatro nuevos grupos.

A la aglomeración se le suma el pésimo estado en el que se encuentra el edificio. Las instalaciones, que pertenecían al IES Saramago, anterior Colegio Nacional Extremadura, tienen más de 50 años. Morales no entiende cómo se ha podido llegar a esta situación, “son niños, no sacos de papas”, asegura.

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