Aplazada otra semana la segunda dosis a personal sanitario en Canarias, incluido de primera línea, por los retrasos de Moderna
Los retrasos en las entregas pactadas por el laboratorio estadounidense Moderna han aplazado dos semanas la administración de la segunda dosis de la vacuna contra la COVID-19 a un grupo de profesionales de la sanidad pública canaria, incluidos trabajadores que ejercen en primera línea contra esta enfermedad, en servicios de urgencias, cuidados intensivos y planta, y que recibieron la primera a mediados de enero, hace ya cerca de 40 días. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que la segunda dosis de esta vacuna se inocule a los 28 días de haberse inyectado la primera, aunque precisa que este intervalo se puede ampliar hasta los 42 días sin perder efectividad.
Para principios de esta semana estaba prevista la llegada a las Islas de una nueva remesa de viales de la vacuna de Moderna. Este envío, de 15.620 dosis, se ha demorado hasta el próximo sábado, lo que ha obligado a las gerencias hospitalarias a volver a cancelar las citas que tenían programadas a partir de este miércoles y posponerlas hasta la semana del 3 al 9 de marzo, al límite de los plazos estipulados por el grupo de expertos de asesoramiento estratégico de la OMS para la segunda dosis. El laboratorio ha achacado el retraso y la reducción en el envío de dosis a “ajustes en su cadena de producción”.
Fuentes sanitarias del Hospital Doctor Negrín de Gran Canaria señalan que, solo en este complejo, el retraso afecta a cerca de mil trabajadores, entre personal sanitario, no sanitario y de empresas externas que prestan servicios en el centro. En el Insular, son algo más de 700. Se trata de profesionales a los que se le administró la vacuna de Moderna, inicialmente programada para grandes dependientes y personal de la sanidad privada, después de que otro laboratorio, Pfizer BioNtech, se demorara dos días en la entrega de una de las remesas acordadas a mediados de enero, lo que obligó a reorganizar la planificación y administrar también dosis de este laboratorio estadounidense en los centros de titularidad pública.
Las mismas fuentes señalan que todavía queda personal de primera línea sin recibir esta segunda dosis porque se fueron escalonando las fechas de vacunación entre los trabajadores de un mismo servicio para evitar que las áreas asistenciales, especialmente las más delicadas, quedaran desprovistas de personal en caso de que varios profesionales sufrieran efectos adversos tras recibir la inyección y no pudieran acudir a sus puestos.
Los últimos datos ofrecidos por la Consejería de Sanidad revelan que hasta el pasado lunes se habían administrado en las Islas 125.079 dosis, el 70,64% de las recibidas hasta la fecha. El Servicio Canario de Salud ha recibido 132.960 dosis de la vacuna de Pfizer, 37.100 de Astra Zeneca y 7.000 de Moderna. Más de 51.000 personas han recibido ya la pauta completa (las dos dosis), el 3,82% de la población diana. Canarias es la única comunidad que tiene más personas inmunizadas que casos de coronavirus acumulados (menos de 40.000).
Las estrategias de vacunación siguen generando, en cualquier caso, controversia. En el Reino Unido, por ejemplo, se recomendó priorizar la primera dosis al mayor volumen de personas posible y aplazar la administración de la segunda a aquellas que ya habían recibido la inicial de Pfizer-BioNTech y Astra Zeneca, posponiendo esta segunda dos semanas. El objetivo de las autoridades británicas es conseguir adelantar el impacto de la vacunación sobre los indicadores epidemiológicos a través de la inmunización parcial de buena parte de la población. Un reciente estudio publicado en Escocia revela que esta estrategia ha logrado recudir hasta en un 94% las hospitalizaciones en este territorio.
Además, se han planteado otras propuestas como reducir la cantidad de dosis, ampliar los intervalos de administración entre la primera y la segunda o combinar diferentes tipos de vacuna para inmunizar a más personas frente a la COVID-19.
El Ministerio de Sanidad del Gobierno de España sigue abogando, sin embargo, por mantener las pautas que han demostrado la eficacia descrita en las fichas técnicas de las vacunas actualmente autorizadas, es decir, separar la administración de las dosis en los periodos fijados por los fabricantes. Además, las autoridades españolas han remarcado que hasta la fecha que no hay estudios de compatibildad entre los diferentes tipos de vacuna, por lo que la segunda dosis debe ser de la misma marca que la primera.
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