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Una víctima de la Casa Cuna emprenderá acciones penales contra el Cabildo de Tenerife

Una de las víctimas de Julio C.G, el presunto abusador de la Casa Cuna (Hogar de la Sagrada Familia) durante al menos dos décadas, quiso quitarse la vida en esa misma institución hace apenas un mes, según ha podido saber CANARIAS AHORA de fuentes de la investigación.

De las cuatro víctimas (en la denuncia salieron a relucir diez casos) que han denunciado a Julio, técnico especialista en Educación, liberado sindical hasta el pasado mes de enero, dos son mayores de edad. Uno de ellos, con 25 años y un abultado cuadro clínico de intentos de suicidio y en tratamiento psiquiátrico, amenazó hace un mes con tirarse de la torre de la Casa Cuna, en donde se supone que fue víctima de algunos de los abusos por parte del acusado.

Según la abogada Natalia Domínguez Castilla, esta víctima sufre depresión, constantes amenazas de suicidio y está siendo asistido por psiquiatras, aunque ahora además recibe asistencia psicológica por parte de especialistas del Cabildo de Tenerife, lo que no ha impedido que amenazara con arrojarse desde la torre al tiempo que gritaba “qué habéis hecho de mí”, revela la abogada.

Natalia Domínguez, su representante legal, no se explica cómo su cliente pudo acceder al recinto y menos a la torre, que se supone clausurada, y amenazar con quitarse la vida. “Solo sé que es cierto, que esta corroborado y que mi cliente sufre un fuerte cuadro clínico de depresión a cuenta de sus abusos en la Casa Cuna”, manifestó este jueves por la noche a este periódico, cuando se conocieron los hechos.

Los abusos podrían remontarse a 50 años

Y también ha sabido CANARIAS AHORA este jueves que los cuatro casos de la Casa Cuna podrían no ser una simple “anécdota”, como pretende hacer creer la Consejería de Bienestar Social del Cabildo, cargo que ostenta Cristina Valido.

Un testigo de 49 años ha revelado a la abogada Natalia Domínguez que los abusos sexuales en la Casa Cuna no son un caso aislado. Él los padeció con 16 años una noche que se escapó del centro y le encontró un cuidador. “Me llevó a su casa y me desperté en su cama, metiéndome mano”, ha declarado.

Si esto fuese así, los abusos en la esa institución no se remontan a hacer veinte años, sino a cincuenta. Natalia Domínguez afirma que “esta víctima, si bien no puede testificar porque sus abusos han prescrito, sí es un ejemplo de que el Cabildo jamás se ha preocupado por atender a los menores en desamparo, por lo que esta representación legal va a pedir responsabilidad civil al Cabildo en vía de lo contencioso administrativo y responsabilidad penal por negligencia. Estamos hablando de cinco décadas de abusos”.

Prohibido hablar e investigar

No solo eso, sino que la letrada incorporará al expediente la, al parecer, prohibición por parte de Valido al personal de la Casa Cuna de hacer cualquier tipo de declaración sobre este asunto tan siniestro. Hay constancia por escrito de esa prohibición, según propias fuentes del Cabildo preguntadas por este periódico.

Sin embargo, para Domínguez Castilla “lo más grave de este asunto es que el Cabildo no quiera saber qué pasa con esos niños desamparados, no quiera investigar los abusos y encima me acusen a mí de hacerles daño por dar a conocer el calvario que sufren”.

El Cabildo de Tenerife, en un pleno celebrado el pasado 21 de julio, rechazó una investigación sobre los reiterados abusos en la Casa Cuna. Para Antonio Alarcó, vicepresidente del Cabildo, se trata de un “hecho aislado” y ahondar en él, es “demagogia”.

Pero poco a poco, se quiera taparlo o no, se va desliando tanto como liando la madeja. Según esa presunta víctima de 49 años, el acusado de los abusos, que ahora tiene 57 años, fue un niño abandonado al que dejaron en la Casa Cuna junto a dos hermanos y según la investigación judicial, los tres pudieron haber sufrido agresiones sexuales en el mismo orfanato.

La investigación judicial apunta a que un hermano del presunto abusador fue violado en la Casa Cuna, salió del centro con 18 años y acabó muriendo en la cárcel. Julio podría haber accedido a su puesto de trabajo, en principio como cuidador, tras amenazar con hacer públicos los abusos de su hermano y de ahí, a estar protegido por un sindicato, y reproducir un mismo esquema aprendido desde la niñez.

Por eso, Natalia Domínguez Castilla no quiere arremeter solo contra Julio, sino sobre todo contra el Cabildo, que ha negado una comisión de investigación sobre lo que ha ocurrido y ocurre en los centros de menores en desamparo por considerar, dice Cristina Valido, que se trata “de hechos aislados”.

En la actualidad hay 550 menores en desamparo en Santa Cruz de Tenerife.

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