El CEIP Juan del Río Ayala pide poner fin al hacinamiento de los niños
Los 485 niños pertenecientes al Colegio de Educación Infantil y Primaria (CEIP) Juan del Río Ayala, ubicado en el municipio grancanario de Santa Brígida, se ven obligados a permanecer hacinados en los pasillos del centro gran parte del curso, especialmente los días de lluvia y excesivo calor.
A pesar de tener tres espacios destinados al recreo, uno de ellos con canchas que suelen usar los alumnos de primaria, ninguno cuenta con un techo capaz de guarecer a los menores de las inclemencias del tiempo, que se ha mostrado “especialmente duro” durante los meses de invierno, señala la Ana Rivero, madre de un alumno.
Tanto Rivero como otras dos madres de estudiantes del centro, María Jesús Mateo y Johana Velázquez, trasladaron a Canarias Ahora la preocupación de los padres, que advierten de que los menores se transmiten las enfermedades al estar agrupados en los pasillos durante su tiempo de esparcimiento y no poder salir de las instalaciones a causa de la lluvia.
De hecho, comentan que varios alumnos sufrieron neumonía este año y uno de ellos tuvo que ser tratado por la denominada enfermedad de la bofetada, altamente contagiosa, que refleja un color rojizo en las mejillas del afectado. “Mi hijo estuvo más de 15 días sin ir a clase porque pasó una neumonía viral”, afirma Velázquez.
En épocas de altas temperaturas la cosa no mejora e incluso, aseguran, se han tenido que atender niños que han sufrido desmayos por insolación. Los profesores, añaden, no lo pasan mejor y se ven obligados a permanecer en las aulas que “son una escandalera, no hay quien aguante los ruidos”.
Las madres han iniciado una recogida de firmas para exigir que se cubra el patio correspondiente a los cursos de Infantil y de las gradas de la zona anexa, para que de este modo los pequeños puedan resguardarse en el exterior en caso de lluvias o excesivo calor. La primera zona cuenta, de momento, con una carpa cedida por el Ayuntamiento que “se llevan cuando hay festejos en otros barrios”, lamenta Rivero.
El director del centro, Ramón Rodríguez, muestra el corredor que recorre el colegio y señala que durante las inclemencias meteorológicas “en el pequeño hall de la entrada ponemos a los de quinto y sexto, en el salón de actos (de pocos metros cuadrados) ponemos a los de infantil y el resto de los niños en estos pasillos cuando no contamos con el toldo, es una locura”.
Rodríguez señala que en Tenerife existe un centro escolar semejante al Juan del Río Ayala que cuenta con el patio infantil techado y puntualiza que “no pedimos grandes cosas”. Asimismo, recuerda que hace unos cinco años el Ayuntamiento y el Gobierno de Canarias elaboraron un proyecto para cubrir las canchas, más amplias, lo que “tenía un coste elevado y con la llegada de la crisis no había partidas para desarrollarlo”.
Posteriormente, el colegio se puso en contacto con la Dirección General de Centros e Infraestructura Educativa del Gobierno de Canarias para instar a la administración a instalar la cubierta en la zona de juegos de los cursos de Infantil, menos extensa. Sin embargo, afirma que el Ejecutivo regional argumentó entonces que la competencia de la iniciativa era municipal.
“Tenemos muy buena sintonía con el Ayuntamiento y colabora muchísimo, pero ahora mismo esto requiere de una partida extraordinaria y el Consistorio está haciendo gestiones para conseguirla, pero yo llevo seis años en la dirección y este colegio tiene 35 años y nunca se ha visto un espacio cubierto aquí, que es una necesidad”, puntualiza Rodríguez.
Fuentes de la Administración municipal aseguran a este medio que la competencia de la obra no está clara y exponen que si bien la Consejería de Educación estipuló en una carta que la reforma, ampliación y mejora del centro corresponde al Consistorio, dicho aspecto no queda recogido en la Ley.
Asimismo, recuerdan que el primer proyecto, que asumió la Consejería, no se llevó a cabo debido a, según explicaron, la disminución de partidas provenientes del Gobierno central. Por este motivo, dicen no entender por qué en este caso la competencia pasa a ser municipal. El Ayuntamiento se encarga en la actualidad de la conservación, reparación y limpieza de las instalaciones escolares, mientras que el techado “se consideraría como una obra nueva”, exponen.
El Ayuntamiento proyecta volver a retomar las conversaciones con el Gobierno regional sobre este asunto una vez culmine el proceso de información pública del Plan General de Ordenación del municipio.