El 'Esperanza de África' recala en Tenerife y abre sus puertas al público
Esperanza de África, nave de la ONG internacional Naves de Esperanza y el mayor buque hospital de ayuda humanitaria del mundo, abre sus puertas al público este fin de semana antes de marchar la semana siguiente hacía Benín, donde estará 10 meses ayudando a personas muy necesitadas en este país en vías de desarrollo.
Sólo este sábado y este domingo el público tendrá la oportunidad de visitar el barco desde la 12.00 hasta las 20.00 horas en el dique Sur del Puerto de Santa Cruz de Tenerife. Una vez a bordo y durante la media hora que dura la visita, recibirán información sobre la situación actual que se vive en África occidental.
A finales de este mes Esperanza de África zarpa hacia Benín con su tripulación voluntaria que procede de más de 30 naciones. Médicos, dentistas, enfermeras, ingenieros, cocineros, profesores y muchos más donan su tiempo para brindar esta ayuda gratuitamente donde más se necesite. Entre la tripulación está el cirujano pediátrico canario José Uroz Tristán, quien ha colaborado con la ONG en Liberia y estará por lo menos cinco meses operando a niños a bordo en Benín.
Solidaridada en la mar
El Esperanza de África no es sólo el buque-hospital más grande del mundo, sino una ciudad flotante en la que conviven diariamente casi medio millar de voluntarios de más de 30 nacionalidades distintas. El barco parte ahora hacia Benín para prestar atención quirúrgica y sanitaria y colaborar en el desarrollo de las zonas más desfavorecidas.
En esta torre de Babel sobre el agua, médicos, dentistas, enfermeras, ingenieros, cocineros o profesores pagan una cuota para cubrir sus gastos de alojamiento y comida mientras trabajan por quienes más lo necesitan. Entre ellos, ninguno de los cuales percibe un salario, se encuentra una veintena de familias con sus hijos y de más de diez nacionalidades diferentes, algunos de ellos con casi dos décadas de voluntariado en Naves de Esperanza. En esta organización se han labrado una forma de vida y han formado su hogar, pues para muchos de ellos, el barco es su casa todo el año.
El buque cuenta con una escuela donde, en varias aulas, se imparten clases desde Infantil a Bachillerato. También hay una guardería, biblioteca, sala de informática, de DVD/videoconsola, tienda, supermercado, cafetería, un sistema de comunicación vía satélite o salón de actos, entre otros servicios. Está prohibido fumar en todo el barco, el idioma que se habla es el inglés y la moneda empleada es el dólar.
De 'Ro-Ro' a buque hospital
Toda esta infraestructura es posible por tratarse de un buque de 152 metros de eslora, 23,7 de manga y una capacidad de carga de 1.724 metros cúbicos. El Esperanza de África, de bandera maltesa, fue botado en 1980 en Dinamarca. Durante unos veinte años realizó funciones de transporte de cargamento rodado y pasaje entre dos islas, hasta que en 2007 se incorporó a la flota de la ONG.
Aún se conserva el camarote especial que estaba reservado para la reina de Dinamarca mientras que el barco funcionó como RO-RO. Después de un periodo de transformación de ferry a buque-hospital en Reino Unido, ha superado en capacidad y servicios al Anastasis, ya retirado, y en la actualidad es la nave de estas características más grande del mundo, con seis quirófanos y una planta de hospitalización para 78 camas.
También dispone de una sala de cuidados intensivos con tres camas, una sala de recuperación con ocho camas, un coolscope para analizar tumores y material para el tratamiento de la ceguera, las deformaciones y las heridas. El barco fue comprado hace dos años por una empresaria inglesa y donado a la ONG, aunque la inversión supuso sólo un 15 ó 20 por ciento del total del proyecto, pues aún quedaría adaptar su estructura a la misión que actualmente realiza.
Desde 1978
Desde 1978, la flota de Naves de Esperanza ha ayudado a medio centenar de naciones con 1,7 millones de servicios valorados en 457 millones de euros, mientras que ha beneficiado directamente a 1,9 millones de personas. Su objetivo es ahora terminar de pagar este buque para comenzar el próximo proyecto, para lo que cuenta, en su financiación, con donaciones de particulares y de empresas, algunas de las cuales ceden, asimismo, material médico. También el Gobierno de Canarias colabora con la ONG desde julio de 2008.
Después de dos décadas realizando trayectos de una hora de duración en el norte de Europa, el Esperanza de África navega hoy por mares de todo el mundo llevando a más de 50 países en vías de desarrollo la solidaridad de su tripulación y de las entidades y personas que colaboran con Naves de Esperanza.