Juventud isleña, esa gran desconocida
El Informe Anual del Consejo Económico y Social (CES) dedica uno de sus monográficos de este año a los jóvenes canarios. A este colectivo se refiere como “desconocido, sobre todo porque es poco escuchado” y se encuentra con numerosos problemas ante los que, en ocasiones, no encuentra las respuestas que precisa.
Para el CES, los problemas específicos de la juventud canaria en materia de salud son varios. En primer lugar, destaca que se trata de la etapa clave para el establecimiento de hábitos de vida que pueden constituir conductas de riesgo para la salud o, en lo positivo, para adquirir hábitos saludables. En este sentido, aparecen enfermedades relacionadas con la alimentación, tanto en su defecto como en su exceso, y con la falta de ejercicios y otras actitudes, como son obesidad, bulimia o anorexia.
También se encuentran en este primer grupo de problemas el tabaquismo, el alcoholismo, comas etílicos, etcétera, en definitiva, fenómenos ligados a la adicción a drogas legales y no legales. El CES señala que existe un importante crecimiento de morbi-mortalidad derivada de los accidentes de tráfico, con una preocupante tendencia a aumentar. Este dato se refleja más entre los jóvenes varones.
Por otra parte, observa un crecimiento de enfermedades transmisibles como el SIDA, aunque en los últimos años hay cierto estancamiento. El aumento de embarazos no deseados refleja el desconocimiento o no uso de métodos anticonceptivos. El Consejo resalta, asimismo, la existencia de un “inquietante” aumento de enfermedades cardiovasculares y mentales en la población juvenil.
En el documento se expone que la población joven con algún tipo de discapacidad -física, sensorial o psíquica- representa el 23,5 por ciento de las personas discapacitadas en general y el 2,5 por ciento de la población juvenil. Respecto a estos problemas, el CES considera “insuficientes” las diversas líneas de actuación desde la perspectiva del Servicio Canario de
Salud. “Sobre el papel existe coordinación, un enfoque comunitario e integral nada desdeñable, pero la realidad es diferente”, precisa.
Según las conclusiones del Consejo, se hace necesario realizar un diagnóstico específico sobre la juventud y la salud, para dar paso a campañas informativas, educativas y de sensibilización no sólo entre los jóvenes.
Diez preocupaciones medioambientales
Respecto al entorno natural, por orden de prioridad, los aspectos ambientales que más preocupan a los jóvenes canarios, según se refleja en el Libro Blanco de la Juventud en Canarias, son la ocupación del litoral y el deterioro de las costas; el impacto ambiental de las extracciones; la contaminación atmosférica derivada del tráfico y de la industria; la ausencia de iniciativas y propuestas de educación ambiental; la escasa participación ciudadana en la gestión del medio; la contaminación acústica; la proliferación de antenas y de torres de alta tensión; los vertidos contaminantes al mar; la falta de adecuación de los edificios al entorno y, por último, las barreras arquitectónicas.
El CES analiza también las realidades en que se desenvuelve la juventud canaria. En este sentido, destaca que la población juvenil decrece. En consonancia con la evolución demográfica general, Fuerteventura y Lanzarote presentan un peso específico de la población juvenil superior al resto de las islas, mientras que La Palma, La Gomera y El Hierro muestran cifras muy inferiores.
Sobre los factores de esta situación y sus repercusiones, el CES recuerda que se ha escrito bastante en los últimos tiempos, señalando al fenómeno migratorio como causa principal y, como resultados visibles, la presión demográfica sobre el territorio, la necesidad de crear infraestructuras, influencias sociales y culturales, consecuencias económicas y políticas.
Asimismo, el estado civil mayoritario en la juventud es el de la soltería hasta los 25 años, que es cuando cambia la proporción. Las separaciones y divorcios son un fenómeno fundamentalmente urbano. En el ámbito estrictamente demográfico, la consonancia entre el crecimiento poblacional y el peso específico de la juventud apunta a que se trata de un colectivo social que, bien por su desarrollo o por su defecto, requiere determinados esfuerzos en términos de movilización de recursos de todo tipo.
En el ámbito educativo se precisan, además de infraestructuras, transformaciones tanto en lo que se refiere a los itinerarios académicos y sus complementos como en relación a la transmisión bidireccional de valores democráticos, solidarios, transculturales, de conocimiento del medio, etcétera. El CES analiza además el ámbito económico y laboral y hace hincapié en la necesidad de crear empleos específicos que, directa e indirectamente, surgen en torno a la juventud y para la propia juventud, como son las nuevas tecnologías de información y comunicación, ocio y tiempo libre, actividades culturales y en la calle, animación sociocultural, educadores, dinamización e inserción laboral, etcétera.
El Consejo Económico y Social de Canarias recomienda, ante esta evolución, la diversificación de las actividades económicas, el fomento de las actividades agrarias, la intervención del mercado de trabajo y la incidencia sobre las relaciones laborales, como los tipos de contratos, gestión de los recursos, empleabilidad o emprendeduría.
“La juventud es en las Islas desconocida, quizás por los escasos estudios existentes, pero también, y sobre todo, porque es poco escuchada. Es tiempo entonces de prender la realidad juvenil (aprender, comprender, emprender) desde la propia juventud, que constituye, como diría el poeta, nuestro tesoro”, concluye el órgano consultivo.