Un monitor 'scout' niega haber abusado de una menor pese a reconocer que ''ocurrió algo''
El monitor de los scouts acusado de un delito de agresión sexual a una menor entre 1994 y 1998 negó este lunes los hechos ante el juez, pese a que reconoció a tres personas y a la presunta víctima en 1999 que “había ocurrido algo” con la denunciante. El procesado responde a las iniciales D.H.O. y presuntamente abusó de la joven denunciante -que ahora tiene 26 años- desde que ésta tenía 12 hasta que dejó de formar parte de la Asociación Diocesana de Movimiento Scout Católico de Tenerife.
La primera sesión del juicio de D.H. tuvo lugar este lunes en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife. El acusado aseguró que nunca había mantenido relaciones sexuales con la denunciante. También negó haberle dado un trato especial mientras fue su monitor en los scouts.
La supuesta víctima no denunció los hechos hasta marzo de 2005 porque, según sus propias palabras, nunca pensó que fuera un delito, pensó que era culpa suya, “lo había bloqueado” y no quiso recordarlo hasta que el procesado le envió un email pocos días antes de que presentara la denuncia. Fue precisamente este correo electrónico, en el que el acusado le manifestaba su interés por mantener un encuentro para sacar fotos “como antes”, el que impulsó a la joven a denunciar los hechos ante la Policía Nacional, pese a que ya habían pasado seis años.
Del escrito de la Fiscalía y de la declaración de la denunciante, I.S.P., se desprende que el acusado, mientras era monitor del movimiento scout que se reunía entorno a la parroquia de San Sebastián de Santa Cruz de Tenerife, se aprovechó del “respeto” que despertaba a la presunta víctima, para realizarle tocamientos cuando ésta tenía 12 años en el coche del procesado en las inmediaciones del club Oliver de la capital. Además, supuestamente también mantuvo relaciones sexuales con la menor cuando ya tenía 16 años en la casa del acusado, en la ferretería en la que trabajaba y en el garaje que había alquilado en la capital tinerfeña.
Campamentos de La Orotava y Chio
Según la denunciante, en sendos campamentos del grupo de los scouts al que pertenecían ambos, en La Orotava y en Chio, en veranos consecutivos, el monitor habría intentado mantener relaciones con la menor sin conseguirlo en el primer caso, y sexo oral en la segunda ocasión, esta vez con éxito y rodeados de otros adolescentes que no se habrían percatado. Todos los hechos ocurrieron entre 1994 y 1998, y en este periodo de tiempo, el procesado y la presunta víctima sí mantuvieron relaciones sexuales completas.
La joven alegó no haber denunciado los hechos hasta 2005 porque no se había percatado de su gravedad. Además, en 1999, la denunciante confesó los supuestos abusos al que fuera su novio en aquel momento, también miembro de los scouts. El joven consideró oportuno encarar al procesado y organizó una reunión a la que también asistieron una chica y un chico, también de los scouts, y la presunta víctima. A la pregunta de si había acosado a la menor, el acusado respondió después de una tensa conversación en el parque García Sanabria de Santa Cruz de Tenerife, que había “ocurrido algo” con ella. Los presentes en la reunión acordaron que los hechos no serían denunciados si el procesado se comprometía a dejar de trabajar con niños y a no acosar más a la joven.
Desde que ocurrieron los hechos, el acusado y la denunciante han mantenido contactos esporádicos por email, por iniciativa de uno o de otro, hasta el punto de intercambiar fotos. Los contactos fueron cada vez más espaciados y el último de los correos electrónicos, enviado por el acusado en los primeros días de marzo de 2005 a la joven, fue el que la animó a denunciar. La chica ha recibido asistencia psicológica desde 2005 y, según la profesional que la atendió, tiene problemas en sus relaciones íntimas como consecuencia de la supuesta agresión sexual.