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Pesetas por juguetes en La Laguna

Bien por descuido o bien por el valor sentimental, lo cierto es que cientos de millones de pesetas permanecen aún en paradero desconocido. Aunque de ese total una buena parte se haya perdido para siempre, se estima que otra cantidad nada despreciable continúa en muchos hogares que quieren mantener el recuerdo o que no se han molestado en acudir al Banco de España. Sin embargo, una iniciativa de una juguetería lagunera ha animado a muchos románticos y despistados a deshacerse de ese dinero comprando un juguete.

Como si volviéramos atrás en el tiempo, una juguetería de La Laguna, Exclusivas Lifer, ofreció desde el pasado verano y hasta el día de Reyes la posibilidad de adquirir un juguete a cambio de su importe en pesetas. Aunque el fundador de la empresa, Rafael de Saja, no esperaba semejante respuesta, lo cierto es que en unos meses recaudaron más de un millón y medio de las antiguas pesetas, y más de cuatro millones entre las nueve tiendas de la marca.

Muchos de los ciudadanos que acudieron al establecimiento de la calle Nava y Grimón con sus antiguas monedas y billetes reconocieron haberlas encontrado en algún viejo abrigo olvidado o alguna caja perdida, “más de sorpresa que guardadas a conciencia”, aunque en menos ocasiones otros reconocieron que se desprendieron de sus billetes de 1.000, 2.000 o 5.000 pesetas, tras ocho años guardados como valor sentimental, por culpa de la crisis. “Nuestra idea era que las personas que guardaban algunas pesetas las cambiaran por un juguete para un niño” señaló de Saja, quien aclaró que la mayoría de los compradores, en su mayoría abuelos, acudían a la tienda con “numerosas moneditas más que billetes, pero las suficientes para adquirir algún artículo”.

Según el promotor de la iniciativa, las monedas de 100 y 25 pesetas fueron las más habituales de entre la calderilla recibida como “moneditas despistadas”, tal y como las calificaban los clientes, mientras que los billetes eran, en su mayoría, de 1.000 pesetas y de muy diferentes tipos. Desde los últimos billetes manejados hace pocos años hasta otros que algunos ciudadanos casi habían olvidado, la recolecta compone todo un muestrario que provoca, a partes iguales, sorpresa y nostalgia.

En este establecimiento aceptaban todos los billetes que aún recoge el Banco de España, no sólo los últimos en circulación, sino todos los emitidos después de 1939. “Antes eran principalmente cheques al portador”, aclaró el promotor de esta iniciativa. Una de las sorpresas más llamativas fue la cantidad de billetes de 10.000 pesetas recogidos, cerca de una docena, cuando no esperaban recaudar prácticamente ninguno porque pensaron que pocos serían los ciudadanos que hubieran optado por quedarse de recuerdo un billete de esta cantidad.

El éxito de esta iniciativa trajo consigo pequeños problemitas “sin importancia” de adaptación a la hora del cobro. Así, según Rafael de Saja, se enfrentaron con alguna situación de complejidad, principalmente a causa de la falta de costumbre de manejar las antiguas pesetas. Además, el doble etiquetado provocó en los consumidores un efecto rechazo puesto que “la percepción del valor del dinero es diferente en pesetas o en euros”, y muchos se sorprendían de las equivalencias económicas. “Muchos nos decían que en pesetas le parecía más caro que en euros”, señaló el fundador de la empresa, quien reconoce que antes comprábamos un detallito con 1.000 pesetas y ahora “nos parece que su equivalencia es un detalle por 20 euros, lo que no es en absoluto equilibrado”.

Pasados casi ocho años desde la entrada en vigor del euro, quedan aún cientos de millones de pesetas sin cambiar. Con este original reclamo comercial se facilita que este dinero salga a la luz y se utilice pues la peseta aún sigue manteniendo su capacidad para seducir a los clientes. “Seguro que hay personas que tienen billetes de 1.000 o 2.000 pesetas que prefieren gastarlo en un comercio antes que ir a cambiarlas al Banco de España”.

La crisis

Iniciativas como la llevada a la práctica por esta empresa surge fruto de “una necesidad de acomodación al momento” así como de la necesidad de ofrecer al cliente “algo de lo que no dude”, aseguró el fundador de Exclusivas Lifer, Rafael de Saja. Para él, está claro que la realidad de este momento requiere comerciantes con imaginación y un personal motivado. Aunque su empresa ha logrado mantener las ventas y no despedir a nadie, “estamos en un momento complicado comercialmente y el empresario trata de buscar las herramientas que mejores oportunidades ofrezcan” explicó de Saja, quien señaló que parte del éxito de esta medida consistió en que era “una iniciativa simpática, para nada agresiva, pensada para esos ciudadanos que encontraron algunas monedas perdidas, porque pocos de los que decidieron conservarlas vinieron”. La crisis económica también está contribuyendo a que esta iniciativa tenga éxito y el resurgimiento de la peseta es otro fenómeno que ha traído consigo este complicado momento económico actual. La idea de resucitar la vieja moneda surgió porque se dio cuenta de que mucha gente guardaba en su casa pesetas o las iba descubriendo por casualidad y quería deshacerse de ellas. En el banco de España cambian la antigua moneda por euros, pero sólo los billetes, por lo que algunos prefirieron hacer una compra en este establecimiento.

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