Acoso laboral

Picos de ansiedad, miedo a ir al trabajo e insomnio: dos sanitarios denuncian acoso laboral en un centro de salud de Tenerife

Centro de salud de Taco, en La Laguna

Natalia G. Vargas

0

Ansiedad, miedo a ir al trabajo y dificultades para conciliar el sueño. A partir de 2015, la vida de Francisco Lamadrid y Sergio Sánchez se transformó. Ambos son enfermeros del Servicio Canario de Salud y coincidieron en el centro de salud del barrio de Taco, en el municipio de La Laguna. Hace ya casi diez años desde que comenzaron a sufrir en el entorno laboral episodios que han mermado su paz mental. También su pasión por la profesión. Lamadrid y Sánchez han denunciado acoso laboral ante el SCS, la Gerencia de Atención Primaria y la Inspección de Trabajo. La falta de respuestas les ha empujado ahora a recurrir a la Justicia.

En este tiempo, el único avance logrado ha sido la creación de una comisión de investigación que no llegó a nada. Por el contrario, el SCS inadmitió en 2021 la solicitud de inicio del procedimiento por acoso en el entorno laboral. El documento, al que ha tenido acceso este periódico, califica los hechos de “situación de conflicto laboral prolongado en el tiempo y no resuelto”. La única solución que se ofreció fue “examinar” la petición de cambiar el puesto de trabajo.

Así fue. Ambos trabajan en la actualidad en el centro de salud de El Chorrillo, en el municipio de Santa Cruz de Tenerife. Sin embargo, la ilusión por la profesión no es la misma. “En mi caso hay un antes y un después. Después de haber sufrido todo esto, no tengo la ilusión que tenía antes por la enfermería”, cuenta Lamadrid. 

El 8 de abril de 2021 el SCS desestimó la petición de los enfermeros de iniciar el protocolo de acoso. El 7 de mayo de 2021, Lamadrid y Sánchez presentaron un recurso de alzada ante la misma administración. No obtuvieron respuesta. Así, por la “desestimación presunta por silencio administrativo del recurso de alzada” interpusieron una demanda ante el juzgado de lo contencioso-administrativo número 3 de Santa Cruz de Tenerife. 

La demanda reza que Francisco Lamadrid sufrió agresiones verbales, faltas de respeto y trato discriminatorio en su puesto de trabajo como consecuencia de “diversas quejas y reclamaciones” presentadas por él. Según el sanitario, los argumentos “peregrinos” de la inadmisión “superan el estándar de lo precario”. “No se ha hecho nada para esclarecer los hechos denunciados y así poner fin a la situación de acoso”. 

Al infierno laboral que vivieron se sumaron las difíciles condiciones de trabajo que arrastraron los sanitarios durante la pandemia de COVID-19. En un formulario del Ministerio de Trabajo sobre mobbing, Lamadrid cuenta que desde 2017 hasta 2020 vivió por parte de sus superiores abusos de autoridad, intimidación o amenazas relacionadas con un traslado.

También en el documento reflejó que para realizar su trabajo debía sortear numerosos obstáculos, que se le planteaban objetivos inalcanzables y que contaba con cortos plazos de tiempo para llevar a cabo sus tareas. Estos episodios, según su testimonio, tuvieron lugar en su puesto de trabajo, en los despachos de los superiores, en salas compartidas con otros compañeros y también en salas de reuniones. 

Los hechos denunciados han tenido un fuerte impacto en la salud mental de ambos. Este mismo documento evidencia que su ánimo se ha visto alterado. “Recuerdo constantemente el hecho y ha afectado a mi estado de ánimo fuera de la empresa. A veces rememoro el momento incluso en sueños”, marcaron en el formulario. 

Por su parte, Sergio Sánchez ha incorporado a sus denuncias ante la administración informes clínicos de la Unidad de Psiquiatría del Hospital Universitario de Canarias (HUC). Estos documentos, a los que ha tenido acceso esta redacción, muestran que la primera vez que el enfermero acudió a la unidad de salud mental se encontraba en un estado ansioso depresivo “debido a situación de estrés y conflicto laboral”.

Entre los síntomas que el sanitario presentaba estaban los picos de ansiedad, sentimiento de indefensión, estado de ánimo depresivo, insomnio, apatía, llanto fácil, derrames oculares por la subida de tensión, falta de atención, desmotivación y miedo a la reincorporación laboral. Tanto él como su compañero de trabajo han estado de baja y han tenido que recurrir a los ansiolíticos. 

Según los sanitarios, todo comenzó en 2015, cuando se aproximaba la jubilación del que entonces era subdirector del centro de salud de Taco. Los trabajadores intentaron convocar una reunión de equipo para presentar candidatos dispuestos a asumir el cargo. “El objetivo era garantizar la mejor elección para conseguir buena armonía y un buen funcionamiento del centro”, explican. De acuerdo con los enfermeros, esto no gustó a los responsables del establecimiento, que ya “tenían claro” a quién querían seleccionar para el puesto. “Estamos en manos de enchufados”, aseveran. 

Ese mismo año, Sergio Sánchez envió un escrito a la Dirección del centro de salud para denunciar el trato recibido por el director, que también era el médico con el que trabajaba. En el escrito relata el conflicto que tuvo con él durante una jornada en la que tuvo que doblar turno y trabajar por la mañana y por la tarde. Ese día acudió al centro un paciente sin hora. El enfermero lo acompañó a la consulta del médico e informó al doctor de que tenía un paciente fuera de hora. “Dijo que yo lo fuera viendo. Lo pasé a mi consulta y lo atendí [...] Al terminar volví al médico a decirle que lo tenía fuera esperando”.  

Una semana más tarde, el director y el subdirector del centro lo citaron en una sala de consultas. “Me empezaron a acusar de mal profesional, que me quejo sin razón y que utilizo mal mi tiempo”, cuenta. Sánchez lamenta en el escrito que su compañero médico no hubiera hablado con él en el momento, empujándolo a una “reunión imprevista” en situación de indefensión. “Me he sentido humillado, maltratado y sin motivos”, cuenta.

El enfermero cuenta que este es solo uno de los numerosos episodios similares que vivió y que le generaron “tristeza y cambios de humor”. Además, el día que dobló turno tuvo que acudir a su médico de cabecera por una hemorragia conjuntival derivada de la subida de tensión. “Espero que esto no vuelva a suceder ni a mí ni a ningún compañero”, apunta. Este periódico ha intentado obtener la versión del Servicio Canario de Salud, pero no ha obtenido respuesta.

Etiquetas
stats