'Piedad', la niña que no pasó el 'luto'

Vuelve este miércoles a los juzgados de familia de la capital grancanaria uno de los casos más sonados de fracaso de la política de menores en desamparo del Gobierno de Canarias. La madre biológica de la niña Piedad se enfrenta a la posibilidad de que sea confirmado el desamparo de la menor, que ya tiene nueve años, ante la evidencia de que no está en condiciones de hacerse cargo de ella.

Tras un último intento de los servicios del Gobierno de Canarias, que han hecho un seguimiento a la madre de la niña, Ángeles Suárez, la menor ha regresado a un centro de acogida, régimen en el que ha estado la mayor parte de su vida.

Pero el juicio de este miércoles no habrá de servir para dar la razón a la que se ha dado en llamar su madre pre adoptiva, Soledad Perera, a la que los servicios de protección al menor entregaron la niña de manera provisional en un acto considerado un error por todos los expertos.

Porque desde los primeros informes psicosociales efectuados por los servicios adscritos a los juzgados de familia se detectó que la menor “no estaba para dar en adopción” porque nadie se ocupó de que pasara “el duelo”, un proceso consistente en acompañarla a vivir el trance de pasar de su familia biológica a una familia de adopción.

Esos informes psicosociales muestran que la niña “presenta un fuerte sentimiento de lealtad hacia su madre biológica”, y así se detectó desde los primeros estudios. Unos vínculos que la menor jamás evidenció hacia la madre de pre adopción que le colocó el Gobierno de Canarias, Soledad Perera, que llegó incluso a cambiarle su nombre de pila para intentar que Piedad rompiera con su pasado.

La niña está en estos momentos en un centro de acogida y si este miércoles se confirma su situación de desamparo, allí continuará bajo la custodia del Gobierno de Canarias.