Los ecologistas consideran “una vergüenza” el boicot del Gobierno canario a la instalación del centro contra el cambio climático: “El tiempo se acaba”
El intento del Gobierno de Canarias de frustrar la instalación de un centro contra el cambio climático en el Archipiélago pionero en España y respaldado por la ONU supone para los colectivos ecologistas una muestra más de “la inacción” del Ejecutivo regional. Para el miembro y activista de Ecologistas en Acción Tom Kucharz, “es una vergüenza y una irresponsabilidad imperdonable que el presidente haya intentado frustrar una iniciativa del Cabildo de Gran Canaria”, así como “la inacción criminal de los sucesivos ejecutivos y del Estado español” para frenar la emergencia climática. “El tiempo se acaba”, advierte.
El experto en cambio climático de Greenpeace, José Luis García, considera que “cualquier obstáculo para desarrollar propuestas de este tipo” es lamentable y más “si tiene que ver por cuestiones políticas o distribución de competencias”. Además, insiste en que Canarias es una zona de extrema vulnerabilidad y que la emergencia climática no es algo futuro ni accesorio, “lo tenemos ya encima y lo condiciona todo”.
La ONG ambientalista situó a Fernando Clavijo como “uno de los villanos del clima”. El presidente de Canarias figura, junto al exministro de Economía José Manuel Soria (PP) y a conocidos negacionistas del cambio climático como el presidente norteamericano, Donald Trump, entre los enemigos del medioambiente que recogió Greenpeace en su informe de 2017. “No se entiende que, apoyando como dice las energías renovables y defendiendo para las islas la meta de un sistema 100% renovable antes de 2050, apueste por la introducción el gas en el Archipiélago, retrasando la transición energética”, justifica el documento.
La organización criticó en su documento que Clavijo tuviera “más prisa por sacar adelante la Ley del Suelo” que en desarrollar desarrollar las renovables o la lucha contra el cambio climático. “Demuestra qué intereses mueven los hilos en las políticas del Ejecutivo regional”, valora la organización.
Kucharz lamenta que, a pesar de que Canarias sea uno de los territorios “más vulnerables” ante este fenómeno global, el Gobierno autonómico “no se ha tomado en serio” la lucha. “El presidente ha tenido un nulo compromiso más allá de las campañas publicitarias”, asevera. Desde el punto de vista del ecologista, en el Archipiélago se deberían fijar objetivos firmes para convertir las Islas en 100% renovables en la producción energética, “frente al empeño de implantar proyectos de gas fósil”. El activista desea que las próximas elecciones del 26 de mayo permitan configurar un gobierno que apueste por proyectos sostenibles como la agricultura ecológica o la movilidad sostenible con la reducción drástica del coche.
Ben Magec ha reclamado en reiteradas ocasiones “más compromisos reales” por parte del Gobierno canario, así como la paralización de proyectos destinados a aumentar las infraestructuras de transporte, la construcción de más hoteles o la producción de electricidad con combustibles fósiles, ya que “solo contribuyen a empeorar las posibilidades de desarrollar una lucha coherente por una transición justa”.
Canarias, territorio vulnerable
Tom Kucharz es también investigador social en relaciones internacionales, economía mundial, cambio climático y conflictos socio-ecológicos. El experto recuerda que el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC) advirtió de que el nivel del mar ha ascendido once centímetros en los últimos treinta años, y que la subida al final del presente siglo rondará entre cincuenta centímetros y un metro. El aumento de las temperaturas del Archipiélago y de las aguas superficiales que lo rodean provocará un incremento de las algas nocivas.
Las previsiones para la mitad de este siglo respecto al cambio de temperaturas auguran un aumento entre 2 y 4 grados en verano y 1 y 2 para invierno. “Un fenómeno climático que puede que aumente es el de la calima”, revela Kucharz, ya que la intensidad de los alisios se potenciará por el calentamiento del mar y la mayor desertización del Sahel africano generará más polvo.
“Habrá retroceso de las playas y los datos científicos deberían encender las alarmas en una región dependiente del turismo y cuyo recurso principal es el territorio”, considera el experto.