La remontada del guirre
En Canarias viven 65 parejas de guirre (Neophron percnopterus majorensis), el 100% de la población mundial (porque el mundo, en su caso, se reduce a las islas canarias orientales). La gran mayoría (60) nidifica en Fuerteventura y las otras cinco parejas son pioneras que han recolonizado de manera natural la vecina isla de Lanzarote.
En 1998 este endemismo canario, una subespecie diferenciada del alimoche común, estaba al borde de la extinción (todavía lo está), con 150 ejemplares en Canarias, casi todos en Fuerteventura. Casi dos décadas después, y tras muchos esfuerzos, la población de estas aves rapaces se ha duplicado y alcanza los 300 individuos.
Es la única especie de buitre que puebla el archipiélago canario, un ave longeva que podría alcanzar los 30 años en un hábitat favorable, aunque rara vez consigue alcanzar esta edad. En los últimos tiempos “no han muerto precisamente de viejos”, dice Laura Gangoso, investigadora de la Estación Biológica de Doñana, que lleva gran parte de su carrera profesional estudiando la población de guirre en Canarias.
“Siempre me han apasionado las aves rapaces. También me apasionan las islas. La posibilidad de estudiar esta población en Canarias y comprender los procesos ecológicos y evolutivos que tienen lugar en sistemas insulares, de la mano de uno de los mayores expertos en la materia [José Antonio Donázar] me pareció una oportunidad única. Contribuir de alguna manera a su conservación es quizá una de las satisfacciones mayores que he experimentado a lo largo de mi carrera”.
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