Ocho años desde la tragedia de Spanair: una montaña de preguntas sin respuestas

Familiares de las víctimas del accidente de Spanair ocurrido hace ocho años en el aeropuerto de Barajas, en el que fallecieron 154 personas, durante el homenaje ante el monumento situado en el Parque Juan Carlos I de Madrid, con motivo del octavo aniversario de la tragedia. EFE/Paco Campos

Teresa Cárdenes

Las Palmas de Gran Canaria —

Los supervivientes y las víctimas de las familias de Spanair se enfrentan este 20 de agosto al octavo aniversario desde la tragedia del vuelo JK5022, que le costó la vida a 154 personas y que han recordado con varios actos sucesivos en el aeropuerto de Barajas y en su pista 36L, donde se produjo el fatídico accidente.

La asociación de víctimas AVJK5022, cuya presidenta es la grancanaria Pilar Vera, colocará un corazón de flores blancas junto a la placa que recuerda a todos los fallecidos en la terminal 2 del aeropuerto de Barajas.

A las 14:24 horas, la misma en que se produjo la abrupta caída del avión de Spanair, todos los asistentes guardaron silencio en el punto de la pista 36L donde se estrelló la aeronave.

Las familias llegan a este octavo aniversario enfrentadas a la misma montaña de preguntas que les persigue desde el 20 de agosto de 2008, sin haber podido demoler el muro de silencios oficiales que rodea su caso y sin que se haya activado todavía una comisión de investigación que profundice en todos los elementos que rodearon el accidente y que pudieron intervenir como causas o coadyuvantes.

En este octavo aniversario tampoco han podido librarse de la frustración por el comportamiento de la Justicia, que situó toda la responsabilidad en la actuación de los pilotos muertos, no profundizó en los defectos estructurales que estuvieron en la base del accidente y derivó a los afectados exclusivamente a una descorazonadora batalla en los juzgados de lo mercantil para poner precio literalmente a cada una de las vidas perdidas y determinar las indemnizaciones que debía abonar la compañía aseguradora de Spanair, Mapfre.

La sentencia es apenas un leve alivio para las atormentadas familias del JK5022 que han visto cómo la Justicia desechaba uno tras otro todos sus argumentos y daba carpetazo a la investigación en la vía penal después de situar toda la responsabilidad por el accidente en la actuación de los pilotos. Esta sentencia deja testimonio de uno de los argumentos utilizados por Mapfre para reducir los importes de las indemnizaciones a los que debe hacer frente como aseguradora: que debieron ser demandadas las compañías fabricantes del avión, Boeing y McDonell Douglas y que la primera sentencia penal dejó constancia de un diseño defectuoso del sistema de alerta TOWS.

Sin alerta de configuración errónea del aparato para el despegue, los pilotos intentaron emprender el vuelo y el avión acabó estrellándose pocos segundos después porque no estaban desplegados los alerones flaps y slats.

El empeño tenaz e indesmayable de Pilar Vera en busca de la verdad sí ha tenido sus frutos, que la propia presidenta de la asociación considera todavía totalmente insuficientes. Gracias a la AVJK5022, España dispone hoy de un reglamento para la asistencia a las víctimas que ahorre a las familias el horror que tuvieron que vivir los afectados por el caso Spanair. La AVJK5022 constituyó a su vez una federación internacional de víctimas de accidentes aéreos que ya ha sido oficialmente reconocida por la Organización de la Aviación Civil Internacional (OACI), un auténtico paso de gigante que sitúa a esta federación al mismo nivel por ejemplo que la organización internacional de sindicatos de pilotos.

Pero todavía está por germinar otro de los avances más importantes conseguidos por Pilar Vera: que dos parlamentos, los autonómicos de Madrid y de Canarias, aprobaran sendas resoluciones para exigir una comisión de investigación sobre el papel que jugaron las administraciones públicas cuando se produjo el accidente de Spanair. Esta propuesta tendrá que ser analizada por el Congreso de los Diputados cuando la política española salga del estancamiento derivado de la imposibilidad de formar gobierno.

Cuando se constituya, una de las preguntas claves que tendrá que responder esa comisión de investigación es por qué volaba el avión con un certificado de aeronavegabilidad prorrogado sin inspección previa que caducaba solo dos días después. La segunda gran pregunta, por qué España no había tomado ninguna medida preventiva pese a que solo un año antes había estado a punto de caer en Lanzarote por un problema idéntico un avión de Mapjet, cuyos investigadores alertaron expresamente a la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Aéreos (CIAIAC) del defecto estructural de aquel modelo de avión. El informe de la CIAIAC sobre el caso de Lanzarote ni siquiera estaba terminado cuando se estrelló el JK5022. Desde entonces, ni la AVJK5022 ni las organizaciones de pilotos han dejado de repetir que los defectos latentes no se han corregido y que pueden ser la semilla para otro accidente con efectos letales.

Toda la información en ATC Press.

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