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El comedor social La Milagrosa de Santa Cruz de Tenerife cierra por reformas en plenas Navidades

Una persona en exclusión social espera a las puertas del comedor de La Milagrosa

Fabián Sosa

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El centenar de personas sin hogar que cada día se acerca al popular comedor social La Milagrosa de la santacrucera calle de La Noria en busca de ropa, una ducha y comida caliente pasarán estas Navidades sin poder acceder a este recurso.

A partir del próximo lunes 27 de noviembre y hasta mediados de enero, el centro gestionado por la comunidad religiosa Hijas de la Caridad de San Vicente Paul, cierra sus puertas con motivo de los trabajos de reforma que durante los próximos dos meses se llevarán a cabo en su interior, dejando a la ciudad con 100 plazas menos para atender a las personas sin hogar o en situación de exclusión social. 

Durante sus 36 años de historia, esta obra social ha permitido a sus usuarios disminuir los procesos de exclusión y marginación social a los que se ven expuestos, ofreciendo comida caliente, duchas y ropa, pero también servicios de trabajo y atención social.

Este recurso, que según un informe del ayuntamiento es el mejor valorado de la ciudad entre los usuarios, tiene capacidad para hasta 100 personas, aunque tal y como reconoce el ayuntamiento en el I Plan Municipal para la Atención de Personas Sin Hogar de Santa Cruz de Tenerife, resultan insuficientes para atender a todas las personas que cada día se agolpan por fuera de sus instalaciones.

Desde el Área de Acción Social de Santa Cruz de Tenerife han confirmado a este periódico que los usuarios afectados por el cierre serán derivados al comedor del Centro Municipal de Acogida. Un recurso ya de por sí desbordado que se enfrenta ahora al reto de asumir la demanda que deja de satisfacer el comedor de La Milagrosa.

Otra alternativa

Lorenzo (nombre ficticio) vive desde hace años en una cueva del Barranco de Santos, muy cerca del comedor. Aunque reconoce no acudir con demasiada frecuencia, asegura que el servicio que allí se presta es muy bueno: “Sí, he ido varias veces a La Milagrosa. La comida está muy bien y el atendimiento es bueno, pero prefiero buscarme la vida y cocinar aquí”, comenta mientras tiende la ropa por fuera de la cueva que ha convertido en su hogar. 

Para él, en la calle es fundamental tener una rutina y buscar cosas que hacer: “No puedes dejar que el hecho de vivir en la calle te anule. Yo me aseo todos los días, trato de mantener un buen aspecto, ir a la biblioteca a leer…” Pese a no ser un usuario habitual de este recurso, considera que se podría haber buscado otra alternativa al cierre total del comedor: “Muchas personas dependen de ir a comer allí, podrían haber hecho como en la pandemia, que repartían comida para llevar”, achaca.

Una ciudad desbordada

El último Informe de Exclusión Residencial Extrema en Tenerife, elaborado en 2021 por Cáritas Diocesana, señala que cerca del 60% de las personas que se encuentran en esta situación en la Isla se concentran en el área metropolitana, especialmente en Santa Cruz. Del mismo modo, afirma que el 59,4% de las personas sin hogar que se encuentran en la capital están porque buscan o han encontrado ayuda y recursos específicos de atención y acogida. Según este estudio, todo apunta a que la carencia de infraestructuras de este tipo en el resto de municipios propicia una migración interna entre las personas de este colectivo dentro de la isla hacia la capital. 

Esto explica que el Centro Municipal de Acogida de Santa Cruz, ubicado junto al pabellón Pancho Camurria, en el barrio de Azorín, se encuentre saturado y atendiendo a muchas personas sin hogar que provienen de otras partes de la isla. Así lo reconocía la corporación local el pasado mes de septiembre tras aprobar por unanimidad una moción presentada por el Partido Popular durante la sesión plenaria. La propuesta instaba al Cabildo de Tenerife a establecer centros de acogida para las personas sin hogar en las zonas norte y sur de la isla. Desde el Ayuntamiento consideran que este recurso municipal lleva tiempo ejerciendo un servicio de carácter insular y han solicitado formalmente la colaboración del resto de administraciones.

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