El colegio público de la capital tinerfeña Miguel Pintor sigue luciendo un escudo franquista en su fachada principal
El colegio público CEIP Miguel Pintor, ubicado en el barrio santacrucero de La Alegría (isla de Tenerife), sigue luciendo en su fachada principal, 10 años después de que se aprobara la Ley de Memoria Histórica (en diciembre de 2007), un escudo preconstitucional de la época franquista.
La actual directora del centro educativo, Silvia Febles, ha afirmado a este medio de comunicación que los escasos presupuestos destinados a los colegios públicos durante la crisis impidieron que se retirara ese emblema, que recuerda a la dictadura de Franco. “No es una cuestión ideológica, sino de prioridades”, aseguró Febles.
El centro se llamó en sus inicios colegio de la Junta del Puerto. Fue creado como patronato en el curso 1969-70 por el ingeniero jefe de la Junta del Puerto, Miguel Pintor González, y por el presidente de esta entidad pública estatal, Cándido García Sanjuán. Su propósito era cubrir la escolarización de los hijos de los empleados de la Junta de Obras del Puerto en Santa Cruz de Tenerife.
El edificio, tal y como se indica en la página web del centro, pertenecía al Ministerio de Marina y Defensa, ya que antiguamente era una base naval. En el curso 1976-77, la Junta del Puerto firmó un acuerdo con el Ministerio para adaptarse a la nueva situación establecida por la Ley General de Educación de 1970.
A partir de ahí, el colegio fue clasificado como centro estatal con régimen de administración especial y pasó a llamarse colegio Santo Domingo de la Junta del Puerto. El 11 de octubre de 1984, a petición unánime del claustro de profesores, se le puso el nombre actual, colegio Miguel Pintor, en homenaje a uno de sus fundadores.
Actualmente, el inmueble es propiedad de la Autoridad Portuaria tinerfeña, aunque ha sido cedido a la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias, la cual es responsable de su administración. No obstante, el encargado del mantenimiento de las instalaciones es el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife.
El interior de la escuela nada tiene que ver con su fachada. Al abrirse la puerta, recibe un arcoíris que preside una piscina enorme y que contrasta con el gris de los tiempos que evoca el águila del escudo que yace sobre la puerta. En su despacho, la directora del centro pone al tanto al visitante de la situación.
Según explica Silvia Febles, la anterior directora, Susana Lérida, trabajó con empeño por lograr la retirada del escudo, que, por diversas razones, nunca llegó a producirse. La crisis redujo considerablemente el presupuesto destinado a los centros públicos y el dinero, según Febles, prefirió invertirse en “cosas más básicas”, como mejorar las instalaciones.
Además, en julio del año pasado, el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife encargó a un equipo de especialistas un estudio con coste de 56.000 euros con el fin detectar, en el periodo de un año, toda la simbología de exaltación al franquismo en el callejero del municipio y para luego establecer propuestas tendentes a su eliminación.
El equipo en cuestión, que sigue en sus labores de investigación, está coordinado por la catedrática de Historia del Arte Isabel Navarro, que prefirió no opinar sobre estos casos hasta no concluir el estudio que ahora dirige.
La Consejería de Educación del Gobierno de Canarias, también preguntada por este incumplimiento en uno de sus centros docentes, eludió responder a la petición cursada por el periodista.
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