Para que luego no sepamos valorar en su justa medida el esfuerzo que supone ser alcalde en los tiempos que corren. Un agobio: que si la oposición te achucha con preguntas, mociones y críticas; que si los vecinos se empeñan en que los recibas y colocarte el rollo; que si los funcionarios te recuerdan tus obligaciones derivadas de la ley... Y si encima te tienes que presentar a la reelección, ya tienes el estrés garantizado. Salvo que tengas la flema de Aureliano Francisco Santiago Castellano, que tiene mucho callo en todas estas y otras materias anejas al cargo. De ahí que no temamos por su bioritmo ante la semana que le espera en cuanto a apariciones públicas: el martes, inauguración de la exposición Isla de Luz, de Miguel Díaz Sosa; el jueves, inauguración de una parte del parque urbano de La Pardilla; y el viernes, inauguración de la escultura El Drago, de Sergio Gil, que le cae muy a mano, exactamente a unos metros de su casa, con lo que ya debería pensar en invitar a la concurrencia a unos canapés.