Nada, que no aprenden los nuevos mandamases del nuevo consejo de la nueva UD, empeñados como locos en hacer buenos a sus antecesores y quedar con la afición como auténticos malcriados. Ya les hemos contado el caso de Germán y lo que hicieron con los entrenadores canarios para que el paripé del fichaje de Yosu Uribe no fuera tan escandaloso. Pero es que siguen en sus trece, con la táctica del elefante en la cacharrería y sin firma en el Registro Mercantil. Este miércoles le tocó pasarlas canutas al Capi, Ernesto Aparicio, al que se vió con lágrimas en los ojos pero no logramos saber por qué. Sí está confirmado que sólo ha hablado con la psicóloga del consejo, pero ignoramos cuál es la propuesta que le han hecho. Ya nos enteraremos.