Además de los mencionados, José Manuel Soria y los suyos tienen puestas todas sus esperanzas en dos proyectos de gran envergadura para lo que resta de legislatura, amén de esas pequeñas adjudicaciones que, como ha quedado dicho aquí, controla directamente él con la única presencia en su despacho de su escribano oficial, Luis Larry Álvarez, que levanta acta de cada beneficiario. Soria quiere pasar a la posteridad de manera holgada, cosa que dudamos que consiga el mentado escribidor, que desempeña el papel de correveidile, lo que le obligará a tirarse de los pocos cabellos que le queden en 2007 una vez descubra que no vio ni las migajas del turrón. Pero, a lo que íbamos. Los dos grandes proyectos sorianos son la ampliación de la Casa-Palacio insular, de la calle Bravo Murillo, y un macro-proyecto de aerogeneradores de no se sabe cuántos cientos de megawatios que manda las peras a la plaza.