Después del revolcón que la noche del jueves le dio el aparataje socialista de toda la vida a José Miguel Pérez en la elección de delegados al Congreso Federal del PSOE, la mañana del viernes se presentaba ajetreada para algunos y prometedora para otros. Que el secretario insular del PSC grancanario no consiguiera ni un solo delegado y que la gente de Chano Franquis ganara por goleada en su feudo natural, hizo pensar a los analistas (los sesudos y los otros) que los apoyos a Arcadio Díaz Tejera para optar a la dirección insular crecían en la misma proporción que los perdía José Miguel Pérez. Pero apareció Juan Carlos Alemán, el secretario general, y organizó un desayuno con diamantes. En bruto, se entiende.