Hay cosas de ese apoyo soriano al plan de su amigo y compañero de pesca del salmón que vamos descubriendo a medida que va cayendo luz sobre el asunto. Por ejemplo, que el proyecto de 3.600 camas en cuestión para el que Soria pretende una excepcionalidad, se enmarca en un Plan Parcial que está suspendido por la Sala de lo Contencioso del TSJC desde mayo pasado, curiosamente el mismo mes en que Björn Lyng presentó su petición ante el Cabildo. Cierto que está recurrida la sentencia ante el Supremo, pero es más que paradójico que el Cabildo se salte los formalismos y pretenda amparar con una decisión política algo anulado por los tribunales. Claro que cabría un plan parcial nuevo, o su encaje en el Plan General de Mogán, pero se ha optado por la postura menos estética, que últimamente parece ser la más habitual en el comportamiento de este presidente que tenemos.