“Los muchachos”, como algún accionista calificó a los miembros del consejo de administración, también se llevaron sus meneos. El presidente, Luis González, a preguntas de un accionista, se negó a decir lo que cobra, pero sí a relatar que trabaja doce horitas diarias y que la cosa puede rondar el 50% de lo que cobraba Sabino López, con un fijo más un variable por objetivos. Luego, para mayor concreción, se nos metieron en un jardín espectacular que nos ha permitido descubrir que se han reducido en un 63% los gastos de sueldos y salarios de plantilla deportiva y sólo un 4% los gastos laborales no deportivos. Menos mal que se trata de un equipo de fútbol. Y hablando de fútbol, bonita la que se armó con Ángel Luis Padrón cuando trató de explicar aspectos colaterales de este deporte ante una secretaria del consejo que se llevó un salpafuera bastante subidito de tono cuando el accionista le indicó que no sabe de este asunto, que es una funcionaria y que por no ser consejera no podía retirarle la palabra. Ahí fue cuando saltó Pepe Cabrera, consejero él, que se le tiró al cuello a Padrón defendiendo a la abogada, hasta que la cosa se logró calmar un poquito. Padrón no quería perdonar que Ferrera lo ninguneara tanto durante la junta, sin percatarse de que su ubicación en una zona de penumbra de la sala impedía que la secretaria le viera cuando pedía la palabra. Corrió mejor suerte Angulo, tanto en la visión como en la alocución. Cosas del directo, entendemos.