Seguimos en Oriente. Si el Cabildo de Lanzarote se empeña en colgar en sus pasillos los retratos de todos los que han sido sus presidentes, pronto les va a faltar sitio en la nueva sede. Su último presidente está siendo todavía Francisco Cabrera, del Partido Popular, que jamás pudo soñar llegar a donde llegó con tan sólo tres consejeros, ahora encima peleados. A Cabrera se le conoce en Lanzarote como El Cintura, quizá por algún rasgo físico, más que por la capacidad para sortear las crisis políticas, sospechamos. A la hora de redactar estas bondadosas notas, que jamás tendrán la intención de ser lectura cristiana o agnóstica de la actualidad, el PSC lanzaroteño continuaba reunido para estudiar la manera más relajienta de explicarle a Cabrera que Roma no paga traidores. Bueno, a Cabrera y a Paulino Rivero, que al igual que Soria, se ha quedado en la embarazosa postura en que aparentan estar los pingüinos cuando caminan. Por cierto, ya le añaden a El Cintura lo de la brevedad, con lo que será Paco Cabrera, El Cinturita. Ruines que son.