La Audiencia Nacional juzga a la red de estafadores que dirigía en Canarias el ladrón inglés John 'Goldfinger' Palmer

Imagen de archivo de John Palmer, fallecido en 2005.

Efe

Madrid —

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La Audiencia Nacional juzga desde este lunes a una red de estafadores desarticulada en 2002 en Canarias que dirigía el británico ya fallecido Jhon Palmer, considerado uno de los cerebros del robo de lingotes de oro valorados en unos 30 millones de euros a una empresa de seguridad en 1983 en el aeropuerto de Heathrow (Londres).

Palmer, conocido como Goldfinger, falleció en junio de 2015, a los 64 años, en su lujosa vivienda de Brentwood, en Essex, al este del Reino Unido, tras recibir dos disparos de un calibre tan pequeño que apenas fueron detectados en un primer reconocimiento.

La Policía, que achacaba su muerte a causas naturales, secuelas de una operación reciente, tardó una semana en conocer los resultados de la autopsia y en darse cuenta de que Goldfinger había sido asesinado.

La red que dirigía en Canarias se dedicaba a “realizar estafas en la venta de apartamentos a tiempo compartido” o “multipropiedad” entre 1993 y 2002, fecha en la que fueron detenidos sus integrantes, de los que nueve se sentarán desde este lunes en el banquillo de la Audiencia Nacional.

Por estos hechos, la Fiscalía reclama en sus conclusiones provisionales multas de dos millones de euros y penas de cárcel de entre 8 y 12 años por delitos de asociación ilícita y estafa y en los casos en los que pide mayor pena lo hace al añadir otro delito de tenencia ilícita de armas.

Según el escrito de acusación, a partir de 1993 “comenzó a gestarse la mecánica de engaños y estafas cometidas por la organización se basaron en la venta o timesharing de apartamentos” y posteriormente la organización “comenzó a realizar estafas utilizando la modalidad de compra de paquete de vacaciones o adhesión a un club de vacaciones”.

En algunos de estos contratos, “los vendedores de la organización para captar a los clientes les prometían la reventa de su propiedad a cambio de la adhesión al nuevo club de vacaciones propuesto por la organización”.

Al mismos tiempo, los clientes firmaban junto al contrato “el denominado Cashback o Reclaim (entrega de una cierta cantidad de dinero a cambio de un cheque, el cual podrá ser cobrado al cabo de un tiempo por un importe superior al previamente entregado)”.

El cambio en la modalidad de estafa, según la Fiscalía, obedeció a una nueva estrategia para evitar posibles denuncias basadas en el incumplimiento de la Ley 42/98, que regulaba la compraventa de multipropiedad en España.

Esquivaban de este modo la normativa “puesto que los contratos firmados por los clientes, en relación a la compra de pertenencia a un club como socio nada tienen que ver con un contrato de adquisición de un derecho de aprovechamiento por turno de bienes e inmuebles de uso turístico”.

La red de estafadores que Palmer dirigía en Canarias fue desmantelada en 2002 bajo la dirección del entonces juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, y después ha sido instruida por sus sucesores en el Juzgado, Pablo Ruz y José de la Mata.

Los acusados son: Richard Cashman, lugarteniente de Palmer; Keith Peter Davies, responsable de la organización en la isla de Gran Canaria; Dean Lawrence Wells, promotor de las estafas; Darren John Morris, Paul John Murray, Cristina Ketley, Ramón Solano Pérez, Jorge Maximiliano Gallart, Neil Campbell y Jacoba Klazina

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