Guía de Fuerteventura: Betancuria y el Sur de la Isla
Nos adentramos en el sur de Fuerteventura con dos rutas muy diferentes: la primera recorre el Macizo de Betancuria y descubre algunos de los hitos históricos y patrimoniales más importantes de la isla, mientras que la segunda se adentra de lleno en la Península de Jandía, un mundo dónde se unen alguna de las mejores playas con las alturas más importantes. ¿Se puedes hacer el mismo día? Si tienes la intención de llegar hasta Cofete no; lo más sensato es dedicarle una jornada a Betancuria y alguna de las otras rutas del centro (Los Molinos, por ejemplo) y dejar la excursión a Cofete para un día en exclusiva: si no lo haces así te vas a arrepentir de haber dejado pasar la oportunidad de disfrutar de la playa.
RUTA 1 FUERTEVENTURA MONUMENTAL (BETANCURIA, AJUY Y PÁJARA).- La ruta que te proponemos comienza en el Valle de Santa Inés (20, 4 kilómetros de Puerto del Rosario, 23,4 kilómetros de Caleta de Fuste y 40,5 kilómetros de Corralejo) y asciende hasta el macizo de Betancuria por la FV-30. Haz la primera parada en el Mirador de Guize y Ayose. Este lugar se encuentra junto al Moro Velosa, justo en un lugar dónde puedes ver las dos vertientes del Macizo de Betancuria: al norte podrás buena parte del norte de la isla hasta las inmediaciones de El Cotillo y, al sur, los montes que rodean Betancuria y las alturas de Jandía, en el sur. Aquí podrás ver dos musculadas estatuas de más de cuatro metros que representan a Guize y Ayose que, según la tradición y las crónicas de la época, eran los ‘reyes’ de la isla a la llegada de los europeos a principios del siglo XV. Desde aquí bajamos hasta Betancuria, primera población europea, primitiva capital de la isla y uno de los conjuntos históricos artísticos más bonitos de Canarias pese a su pequeño tamaño.
Betancuria es un pueblito precioso de casas coloniales con un saborcillo medieval que se deja sentir en los arcos góticos de sus edificios más prominentes. La población se organiza en torno a la Iglesia de Santa María de Betancuria (Plaza Sta. María de Betancuria, 1; Tel: (+34) 928 549 616) en calles y andenes en los que se alternan las casas y las terrazas de cultivo. No dejes de visitar la iglesia (con joyas como las pinturas y los artesonados de su sacristía) y el Museo Arqueológico (Calle de Roberto Roldán, sn; Tel: (+34) 928 878 241) dónde podrás conocer un poquito sobre los primeros pobladores de la isla. Disfruta de los rincones, busca la vieja noria y husmea en los patios de las casonas coloniales. A las afueras del pueblo puedes andar entre los ‘huesos’ del Convento de San Buenaventura (junto a la FV-30), primer cenobio de las islas (se fundó en 1416) y abandonado desde la desamortización del siglo XIX (ahí al lado está la Ermita de San Diego).
La Vega del Río Palmas y Pájara.- Hablar de un río en Fuerteventura podría parecer una broma; pero no. Aunque el río apenas corre cuando llueve (las crónicas dicen que antes corría el agua todo el año) esta es la zona más verde de la isla y en el cauce del Barranco de Las Peñitas nos encontraremos pequeños bosquecillos de palmeras, viejas norias y hasta un embalse que crea una densa alfombra de matorral. Pero antes de ir hacia la costa puedes hacer una pequeña parada en la Ermita de Nuestra Señora de la Peña, un pequeño santuario neoclásico del siglo XVIII que guarda una pequeña imagen de alabastro del siglo XV. Otro de los elementos dignos de verse en el lugar es el retablo rococó de estilo oriental.
La FV-30 sigue en dirección a Pájara y nos da la oportunidad de detenernos en varios miradores (esta zona es frecuentada por cuervos que dan bastante juego fotográfico) y echar un vistazo a las laderas redondeadas y peladas. La Fuerteventura monumental culmina en el pueblo de Pájara, puerta de entrada a la comarca del sur en la que domina la Península de Jandía. El casco histórico de Pájara es una auténtica delicia con muy buenos ejemplos de arquitectura tradicional y elementos agrícolas como la Noria de Tiro de la Plaza de Nuestra Señora de Regla. Justo enfrente puedes ver la impresionante portada de la Iglesia de Nuestra Señora de Regla, uno de los mayores tesoros artísticos de la isla. Por dentro es bonita, pero su elemento más destacado es su portada, una de las más complejas e icónicas de toda Canarias: algunos expertos dicen que fue esculpida por artesanos llegados desde México y que ahí plasmaron la iconografía azteca. Sea cierto o no, es una de las portadas más bonitas de Canarias.
Bajando hasta Ajuy.- Terminamos esta primera ruta bajando hacia la costa por la FV-621 hasta el pequeño pueblo de pescadores de Ajuy (dónde, por cierto, están algunos de los mejores restaurantes de pescado fresco de Fuerteventura, que ya es decir). En este tramo de la costa afloran algunos de los materiales geológicos más antiguos de todo Canarias que quedan al aire en Las Cuevas de Ajuy, un lugar singular en el que también puedes ver numerosos fósiles. No es casualidad que en la playa de arena negra haya un par de viejos hornos de cal aprovechando la presencia de estos estratos con muchos millones de años a cuestas. Otro lugar interesante de la costa majorera a la que se accede desde Ajuy es la Playa de Peña Horadada, que recibe su nombre de un curioso arco natural.
RUTA 2: LA PENÍNSULA DE JANDÍA.- En este caso, nuestro punto de partida es el barrio de La Pared (a 23,5 kilómetros de Pájara; 30,1 kilómetros de Morrojable; 53 kilómetros de Caleta de Fuste; 65,8 kilómetros de Puerto del Rosario y 84,9 kilómetros de Corralejo). Este pueblecito turístico con un par de playas podría parecer, a primera vista, que no tiene nada de particular. Pero sí. Aquí se encuentra uno de los tramos mejor conservados de La Pared, un muro de piedra con enormes corrales adosados que iba de costa a costa aislando la Península de Jandía del resto de la isla. Tradicionalmente se ha dicho que esto era una especie de frontera entre dos reinos, pero según parece, esta enorme estructura servía para demarcar tierras de pastoreo comunales. El tramo de carretera (FV-605) y la autopista FV-2 adelantan lo que nos vamos a encontrar. Entramos en El Jable, un enorme campo de dunas que une el sur majorero al resto de la isla y adelanta lo que vamos a ver en el Parque Natural de Jandía. La Playa de Sotavento (Acceso FV-2) es de las mejores de la zona; un extenso arenal que interactúa con las mareas formando enormes lagunas de aguas someras ideales para los nenes. En este lugar, el viento es uno de los elementos omnipresentes, algo que ha convertido a esta playa en una de las mecas mundiales del windsurf y el kite surf.
Morrojable ejerce de capital de Jandía. Antiguo pueblo de pescadores, hoy es una zona turística de importancia y, también, uno de los nudos de comunicación exterior de Fuerteventura. El Puerto de Morrojable conecta Fuerteventura con Gran Canaria. Aquí puedes visitar el Saladar, una zona de humedales donde puedes ver numerosas aves acuáticas, y la guardería de tortugas (Explanada del Muelle de Morrojable; Tel: (+34) 928 533 602), centro en el que crecen las tortugas marinas que forman parte de un ambicioso programa de reintroducción de estos animales en Canarias. El lugar se puede visitar de lunes a viernes (10.00 – 13.00). Más allá del puerto de Morrojable, la carretera se convierte en una pista de tierra; no te asustes, está en buenas condiciones. Fuerteventura se acaba en la Punta de Jandía; en el Puertito tienes varios restaurantes de buen pescado fresco. Un faro que hoy compagina su función marítima y la de centro de interpretación del entorno marca el extremo sur de la isla. Puedes pegarte un chapuzón en la Playa de Los Ojos, una calita coqueta situada junto a la pista abandonada de un viejo aeródromo. Si sigues nuestro plan, este será el primer contacto con las historias que vinculan esta parte de la isla con los planes nazis en la Segunda Guerra Mundial.
Subir y bajar hasta Cofete; la playa en mayúscula y el misterio de los Winter.- Para llegar hasta Cofete debes desandar parte de lo andado hasta un cruce bien señalizado. La pista está en buenas condiciones y no es difícil llegar. Y además, merece la pena. Ir a Fuerteventura y no aprovechar para ver Cofete es no haber ido a Fuerteventura. La primera parada la hacemos en el Mirador de Montaña Aguda, desde dónde podrás ver en toda su plenitud, los más de 10 kilómetros de playa salvaje que se extiende a los pies de las montañas de Jandía. Abajo te vas a encontrar con varias sorpresas. La primera es el pequeño poblado de Cofete y su humilde cementerio; la segunda es Villa Winter, una casona casi palaciega que perteneció a Gustav Winter, un ingeniero alemán que a finales de los 30 logró una concesión del Estado para la explotación agrícola de Jandía aunque muchos aseguran que las intenciones eran dar apoyo a los submarinos y aviones alemanes durante la guerra. Pero la estrella de la jornada es la playa; enorme, totalmente virgen, fascinante…
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Fotos bajo Licencia CC: Viajar Ahora; W & J; Victor R. Ruiz; José Manuel García; Leimenide
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