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'Hacer pagar a Amazon', por qué sus trabajadores hacen huelga internacional en el Black Friday

Raúl Novoa

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“Gracias a todos los empleados y clientes de Amazon porque ustedes han pagado esto”. Es la frase que dijo Jeff Bezos tras su vuelo espacial en julio de este año. Ahora le tocaría pagar a él y a su compañía. Así lo proclaman una multitud de trabajadores de la corporación y activistas climáticos bajo el lema ‘Make Amazon Pay’ ('Hacer que Amazon pague'). Bajo esta reivindicación se ha convocado una huelga internacional en 20 países este 26 de noviembre, coincidiendo con el Black Friday.

“Jeff Bezos es el hombre más rico del mundo y Amazon es una de las corporaciones más poderosas del planeta. Sus beneficios deben recaer en los trabajadores” es una de las demandas más comunes en esta campaña. Además, los empleados del gigante de la distribución reclaman un aumento de salarios, mejoras en las condiciones y derechos laborales y que la empresa funcione de una forma sostenible. El documento está respaldado por organizaciones como Amazon Workers, Greenpeace u Oxfam.

Por parte de Amazon, su portavoz Kelly Nantel alega que la compañía está aumentando sus esfuerzos para reducir el impacto medioambiental hasta 2040. Contactado por elDiario.es, un portavoz de Amazon en España considera que las demandas internacionales “no se corresponden con la realidad de Amazon, son publicidad e intereses propios de las organizaciones sociales”. “No seremos perfectos y tenemos cosas en las que mejorar, pero ofrecemos un trabajo competitivo y seguro”, argumenta.

Las mismas fuentes de la compañía de comercio electrónico destacan el papel de la empresa en la creación de riqueza y puestos de trabajo. El portavoz añade que hace un mes anunciaron la creación de 3.000 nuevos empleos fijos en España en 2021, de manera que la plantilla llegará a los 15.000 empleados, el doble de los que contaba a finales de 2019.

“Solo hemos tenido un plus monetario por ser considerados esenciales durante la pandemia”, explica un trabajador de Amazon de Castilla y León, que prefiere mantener su anonimato bajo el nombre ficticio de José Luis para evitar represalias. La multinacional cerró 2020 duplicando sus beneficios (17.700 millones de euros).

El mismo trabajador explica que los repartidores entran a trabajar a las 8 de la mañana, abren la app, “y a veces te pone que tienes que trabajar hasta 10 horas”. Si bien la carga de trabajo en Amazon “es ya abusiva”, según José Luis, en fechas como el Black Friday o las vísperas de Navidad “es una tortura”. Este empleado recalca “la total veracidad” de los casos en la que los empleados de Amazon tienen que orinar en botellas o defecar en una bolsa por la falta de descansos durante el transcurso de la jornada.

Otra de las demandas en la huelga es rebajar el control laboral. En febrero de este año, Amazon instaló el sistema de inteligencia laboral: Netradyne. “En la app tienes una puntuación como trabajador. Te controlan mediante la cámara y el micrófono de tu teléfono y, si miras por el espejo retrovisor, tienes gafas de sol o sales de la app un segundo te resta en tu valoración”, explica José Luis. Este empleado alerta de que el mayor riesgo de una puntuación baja “es que te echen. Lo hacen con la excusa de la seguridad, pero es una brutal herramienta de control”. Desde la comisión sindical de CCOO del centro de Amazon de San Fernando de Henares, Alfonso Domínguez critica “el estrés físico y mental al que te lleva la empresa con su control y alta carga de trabajo”.

Domínguez resalta las dificultades para organizarse laboralmente en Amazon. “Yo mismo estoy sindicado y he tenido que quitarlo de la nómina por miedo a las represalias”. En Amazon Sevilla hay un proceso judicial en marcha porque se despidió a personas que intentaron crear una sección sindical. Sergi Lafuente, representante de CCOO en una de las plantas de Barcelona, alerta de la dificultad de crear un comité de trabajadores en Europa, valorando a la empresa de Bezos como “fuertemente antisindicalista”.

El gigante de la distribución aparece en una de las piezas de la causa que investiga la organización criminal que presuntamente dirigía el excomisario encarcelado José Manuel Villarejo. En este juicio se describe cómo Amazon espió el desarrollo de la huelga de centros logísticos y transportistas del 30 de octubre de 2019 en su centro de El Prat de Llobregat. En el operativo desplegado participó el policía ya jubilado Antonio Giménez Raso, socio de Villarejo.

Respecto a la huelga del Black Friday, los representantes de CCOO del centro de San Fernando de Henares (que tiene un mayor número de trabajadores en España, con 2.000) admiten que no seguirán el paro por “haber tenido un conflicto laboral abierto durante tres años hasta este mismo verano”. “La plantilla no tiene la capacidad económica de poder llevar a cabo otra huelga”, explica Alfonso Domínguez. 

"No es solo una huelga contra Amazon, lo es también contra una nueva forma de explotación laboral

Comisiones Obreras ha enviado una carta al Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz alertando sobre la “mala praxis” del gigante estadounidense. El sindicato muestran su total apoyo y “reafirmación” de las demandas expuestas en el comunicado de esta campaña, ya que “las prácticas abusivas se repiten en todos los países”. “No es solo una huelga contra Amazon, lo es también contra una nueva forma de explotación laboral”, advierten.

Dentro de la campaña 'Make Amazon Pay' se denuncia que la empresa realiza despidos por bajas médicas. José Luis lo achaca al control laboral. “Si estás sin abrir la app más de quince días te cierran la cuenta y olvídate de volver a trabajar. He tenido que abrir la cuenta a un compañero de baja por un menisco roto mientras yo trabajaba por solidaridad para que no se la cerrasen”, reconoce. La compañía se defiende mediante un comunicado oficial donde se subraya que su cultura de seguridad “consiste en escuchar a empleados y clientes” para “disfrutar de un entorno seguro y saludable”.

La carta enviada por CCOO al Ministerio de Trabajo se centra “principalmente en asuntos de salud y seguridad” e informa de cómo la mayor parte de denuncias a inspección laboral tienen que ver con estos aspectos, aunque en conversación con elDiario.es los empleados admiten que de estas denuncias “casi todas las gana la empresa”.

Huella ambiental e impuestos 

En la campaña también se pide que la multinacional pague “impuestos en su totalidad en los países en los que se desarrolla la actividad económica real, poniendo fin al abuso fiscal mediante el desplazamiento de beneficios”, ya que Amazon es conocido por sus maniobras para pagar menos impuestos.

Por otra parte, también se exige una mayor responsabilidad ambiental a la empresa del billón de dólares, que es una de las diez más contaminantes del mundo por el transporte marítimo. Así, en 2019 generó casi 211 mil toneladas de basura plástica a partir de sus envases no reciclables. A este dato “hay que añadirle los gases de efecto invernadero en la producción, la deforestación de bosques y ecosistemas para crear sus sedes o la contaminación de los envíos”, apunta Celia Ojeda Martínez, portavoz de consumo de Greenpeace. 

Para la activista climática Amazon es “la punta del iceberg del consumismo masivo y del impacto medioambiental de las multinacionales”. Y, destaca que, el primer aspecto en el que se tienen que centrar y el motivo de su apoyo a la huelga internacional es “la violación de derechos laborales de los trabajadores”. “Un modelo de producción y consumo sostenible está asociado a condiciones laborales y sociales dignas”, argumenta.