La carrera de Ayuso por inaugurar el hospital de Valdebebas: apertura a trozos, sobrecostes y denuncias por las condiciones laborales

Fátima Caballero

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La promesa y el empeño de Isabel Díaz Ayuso por hacer un hospital de emergencias en tiempo récord que gran parte del sector sanitario considera “innecesario”, va a llevar al Gobierno de la Comunidad de Madrid a inaugurar en unas semanas una infraestructura inacabada. La nueva fecha, después de que la presidenta madrileña prometiera que sería entregado el 31 de octubre, es mediados de noviembre. Pero aunque el trajín de personal y camiones que van y vienen es frenético en el solar de Valdebebas donde se ha ubicado, a la infraestructura todavía le queda mucho para ser un hospital. Carece de servicios esenciales como la electricidad o las calderas, reconoce la propia Consejería de Sanidad.

Lo que queda por terminar, por tanto, no son solo remates de material y mobiliario, sino asuntos mucho más complejos entre los que se encuentran también el ajardinado exterior o algunos pavimentos. Desde el departamento que dirige Enrique Ruiz Escudero aseguran a elDiario.es que “la obra civil” –es decir, el edificio– se terminó el 31 de octubre. “A partir del día 1 de noviembre ha comenzado el 'Plan de Montaje'”, insisten, que incluye nada menos que la “puesta en funcionamiento” de suministros centrales, como las calderas y la electricidad –la parte más compleja reconocen los técnicos consultados–; los equipos de tecnología, camas y mobiliario y el ajardinamiento, pavimentos superficiales “y algunos remates derivados del plan de montaje”. Pese a la larga lista, las mismas fuentes insisten asegurar que “en breves días” se testará todo “por seguridad”.

En esa idea ahondaba el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, este lunes: “Estamos a toda máquina y preparados para recibir a pacientes”. La propuesta del Gobierno regional –según detalló el propio consejero– pasa por abrir de momento solo uno de los cinco módulos con los que cuenta el hospital. En total, tiene tres de hospitalización –de hasta mil camas– y otro dos de UCI –con 48 camas–. Este miércoles, el director general de Infraestructuras del SERMAS, Alejo Miranda de Larra, daba nuevos detalles en la mesa sectorial con los sindicatos. La propuesta de la Consejería de Sanidad es abrir en primer lugar el pabellón 2, con 240 camas de hospitalización convencional.

El Gobierno regional licitó las obras el pasado verano y uno de sus objetivos principales era sacar la infraestructura adelante para otoño. Dirigentes de la Comunidad de Madrid empezando por su presidenta insisten desde entonces en que será una infraestructura que “sorprenderá al mundo”.

Toda la estrategia del Ejecutivo de Ayuso para combatir la segunda ola estaba enfocada en este edificio con el que querían replicar Ifema, el hospital de emergencias que la dirigente del PP utilizó de escaparate y con el que quiso tapar su controvertida gestión en el epicentro de la pandemia.

Hay hasta catorce constructoras adjudicatarias a través del procedimiento de emergencia, es decir, sin concurso público, pero el grueso del proyecto lo están haciendo San José, Dragados, Sacyr y Ferrovial. El empeño por que la construcción finalizara el 31 de octubre se fijó en las cláusulas del contrato con las empresas adjudicatarias en los se recoge que cualquier retraso más allá de esa fecha “podía tener penalidades”. Desde la Consejería de Sanidad insisten, no obstante, en que la “obra civil” se terminó el 31 de octubre.

Un accidente mortal

Comisiones Obreras ya ha denunciado que estas prisas han repercutido en las condiciones en las que se encuentran los trabajadores sobre todo en materia de seguridad y salud. “Se están produciendo graves incumplimientos”, denuncian, tras “haberse realizado algunos trabajos sin protecciones colectivas ni individuales, existir interferencia de actividades, riesgos psicosociales y ergonómicos, caídas en altura al mismo y distinto nivel, falta de orden y limpieza e interferencia entre peatones y vehículos” entre otros.

El sindicato recuerda además que debido al ritmo en que se han realizado las obras que califican de “temerario e irreal” para poder terminar en plazo, “han ocurrido números incidentes y accidentes”. Uno de ellos terminó con la muerte de un operario por caída desde altura el pasado 1 de octubre de 2020. Según denuncia el sindicato, en este caso “faltaban las protecciones colectivas e individuales”. Además, señalan, se ha incumplido la jornada máxima que marca el convenio colectivo.

Sanitarios “voluntarios” o contratados para la Covid-19

Otra de las grandes polémicas es de dónde saldrá el personal sanitario. La presidenta madrileña y el consejero de Sanidad han reconocido que no habrá nuevas contrataciones y que el personal llegará del resto de hospitales de la red pública. La propia Ayuso tuvo problemas para explicar cómo hará para que este reubicación de personal no repercuta en la calidad asistencial del resto de centros, en una polémica entrevista en Telemadrid.

Este miércoles, Sanidad daba más detalles y explicaba que los recursos humanos del hospital Isabel Zendal se completarán “en primer lugar, mediante solicitud voluntaria” de aquellos profesionales fijos e interinos, que quieran incorporarse “con carácter temporal” a este nuevo hospital. Si esa vía no prospera, se hará “mediante la adscripción directa de los efectivos contratados durante el año 2020 por la Covid-19, en el caso de que no existan suficientes profesionales voluntarios y no se cubran la totalidad de los efectivos necesarios”.

La Asociación de Médicos y Titulados Superiores (Amyts), el sindicato Unión General de Trabajadores (UGT) y el sindicato de Enfermería Satse aseguran que es “imposible” atender a mil nuevas camas sin contratar nuevo personal.

Desde Amyts se oponen frontalmente a “detraer” personal de los hospitales para poner en marcha el Isabel Zendal, “una infraestructura innecesaria”, insisten. “Entendemos que, si se derivan pacientes Covid, en su lugar entrarán otros, necesitando la misma plantilla y, por tanto, su obligada sustitución. Es necesario dotar al hospital de personal propio y que, en caso de desplazar personal de los actuales hospitales, se sustituyan todos y cada uno de ellos”, argumenta Julián Ezquerra, secretario general de Amyts.

En UGT inciden en que “la sobrecarga laboral seguirá en aumento sobre los trabajadores”. “Es incomprensible que no haya una dotación presupuestaria para contratar directamente nuevos profesionales pero sí para la inversión urbanística y su construcción”, critican.

Sobrecostes

Los previsibles sobrecostes son otra de las grandes incógnitas que rodean el proyecto. Ayuso licitó la infraestructura por 51 millones de euros pero algunos medios de comunicación ya apuntan a que esa cifra puede haberse duplicado. El Plural aseguraba el viernes que el coste ronda ya los 97 millones de euros. Desde la Consejería de Sanidad no aclaran a este diario si en efecto la infraestructura casi ha duplicado su coste, solo explican que el hospital “se ha mejorado” y que “se pagará por lo que se contrate”.

Mientras tanto, hasta 1.350 personas trabajan sin descanso día y noche desde el pasado verano para levantar el hospital de pandemias con el que la presidenta madrileña quiere “sorprender al mundo”. “Es toda una proeza teniendo en cuenta que es un hospital que se ha construido en solo tres meses. A principios de noviembre, Madrid podrá celebrar y darle un mensaje al mundo de que tiene un nuevo hospital”, dijo la presidenta hace unos días. De momento, el hospital Enfermera Isabel Zendal no ha llegado en el tiempo prometido, aunque la carrera por inaugurarlo lo antes posible no ha terminado. Pronto sabremos en qué condiciones.