Almeida elige la oferta más cara para los vecinos al privatizar un parking junto a Gran Vía: 229 euros más al año por plaza

Diego Casado

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Hay un mantra que repiten las áreas del actual gobierno cuando se les pregunta por las nuevas privatizaciones de los aparcamientos que están venciendo sus concesiones. “Al ciudadano le da lo mismo quién preste el servicio” repiten tanto el alcalde José Luis Martínez Almeida como en las áreas de Obras y también desde Movilidad. Pero en el caso de la plaza del Carmen, esta filosofía se va a dar de bruces contra los hechos: los madrileños que disfruten de este aparcamiento tendrán que abonar, al menos, 229,20 euros más cada año de lo que podrían haberlo hecho. ¿El motivo? Que el consistorio ha escogido la oferta más cara.

Al jugoso contrato de explotación del subterráneo de esta plaza situada junto a Gran Vía, iniciado este año y valorado en 35,1 millones de euros, concurrieron dos empresas: por un lado la constructora Ortiz y por el otro la unión de las compañías Empark y Gyocivil. La primera presentó una oferta muy ventajosa para los vecinos que disfruten allí de una plaza: 160 euros al mes para los abonos de un año, que bajarían a 140 euros mensuales si contrataran cinco anualidades. Pero el Ayuntamiento de Madrid se lo ha adjudicado a Empark-Gyocivil, que ofertaron 179,10 euros mensuales para su modalidad más cara. El máximo fijado por el consistorio era 180.

Con esta elección, los residentes que consigan una de las 112 plazas previstas para residentes se gastarán 229,20 euros más cada año en su aparcamiento que si Ortiz, la más barata, hubiera resultado como adjudicataria. En el caso de los abonados a cinco años, el gasto será de 1.152 euros adicionales por lustro, según los cálculos efectuados por este periódico con los documentos sobre la oferta a los que ha tenido acceso.

La decisión municipal descarta además la mejor oferta técnica para construir la plaza y el subterráneo, que era la de Ortiz y que fue valorada muy por encima de la presentada por Empark-Gyocivil (17,65 puntos frente a los 13,95 de la segunda).

A la concesión de las plazas para residentes de este aparcamiento podrán optar los habitantes o trabajadoras de los alrededores del aparcamiento. Su zona de influencia abarca el entorno de la Puerta del Sol, así como parte de la Malasaña más cercana a la Gran Vía.

¿Por qué ha escogido el equipo de Almeida la opción menos ventajosa para los residentes? Porque en otros dos apartados la oferta ganadora se ha llevado la mayoría de puntos: será la que más canon abone al Ayuntamiento de Madrid cada año por la explotación del parking y también la que ejerza un periodo de privatización más corto.

La compañía Empark-Gyocivil pagará al consistorio 335.000 euros de canon anual por la explotación de uno de los aparcamientos más rentables de la capital, situado dentro del área de bajas emisiones del Distrito Centro y a un paso de Sol y Gran Vía. Ortiz había ofrecido abonar 220.000 euros cada año (el mínimo que se pedía era 140.000). Al cobrar más a los residentes -no se han hecho públicas las tarifas de rotación, aunque probablemente vayan en la misma línea- los ingresos permiten hacer una mejor oferta por el canon.

El periodo de explotación será de 22 años (en lugar de los 30 inicialmente previstos), según los documentos consultados, una cifra también menor al ofertado por Ortiz, que rebajó hasta los 26 años de duración. El parking público tendrá privatizada su gestión hasta el año 2044.

Una privatización calificada de “desfalco”

Las cifras manejadas por las compañías concursantes ratifican lo que avisaron tanto PSOE como Más Madrid, que se opusieron desde el primer momento a la privatización del subterráneo porque consideraban este espacio con gran potencial de rentabilidad para las arcas públicas. El verano pasado se supo que, según las propias cifras municipales, Almeida renunciaba al menos a los 18 millones de euros de beneficios que hubiera conllevado recuperar la gestión municipal del lugar a través de la EMT, obras incluidas. El concejal socialista Ignacio Benito calificó esta privatización de “desfalco a futuro” para los madrileños.

Las empresas ganadoras del concurso tendrán que ejecutar ahora la reforma del aparcamiento y también la de la plaza del Carmen, que cambiará su aspecto. Además, deberán abrir una nueva conexión con el hotel de lujo anexo, que se aseguró una entrada directa al aparcamiento “regalando” el proyecto de obra al área de Movilidad y Medio Ambiente, en otro de los capítulos más polémicos de este espacio.