El parón de las obras en el eje de Amaniel a consecuencia de la quiebra de la empresa adjudicataria ha durado dos meses. Desde esta semana, las máquinas de la constructora Velasco vuelven a trabajar en la zona y lo han hecho centrándose en el tramo de la calle Reyes más cercano a Plaza España, que ha quedado cortado al tráfico.
El tramo sobre el que se está actuando ahora mantendrá el carril para coches de bajada y el de subida exclusivo para bicis. Se añadirá una isleta entre ambos y se colocarán numerosos árboles en línea desde el cruce con Amaniel hasta llegar a Plaza España. En la calle Álamo, donde continúan los trabajos y también se ha cortado el tráfico, se añadirán árboles aprovechando el ensanchamiento de sus aceras. Los coches que bajan ahora desde San Bernardo se desvían actualmente por San Bernardino y Amaniel.
Pese a que el proyecto inicial de reforma preveía implantar la plataforma única en todos los tramos, el Ayuntamiento confirmó la pasada semana, en el pleno de la Junta de Centro, que el rebaje de bordillos afectará solo a algunos tramos de la reforma. Una decisión que han tomado técnicos del área de Desarrollo Urbano Sostenible al creer que esta calle soportará todavía un tráfico considerable después de la reforma.
Las obras arrancaron oficialmente el 29 de octubre, tal como había explicado el Ayuntamiento y adelantado Somos Malasaña, y a finales de diciembre tuvo lugar el citado parón. En teoría y según el calendario de obras, quedan ocho meses de trabajos, por lo que la reforma estaría acabada pasado el verano. La anunciada reforma de las calles Palma y San Vicente Ferrer en el tramo que llega a Amaniel no está incluida en esta fase de trabajos, aunque su licitación ya está cerrada y será adjudicada en breve, por lo que podría ejecutarse a la vez o de modo casi seguido.
La reforma del eje de Amaniel, que costará algo más de dos millones de euros, ya estaban en la mente del concejal de Centro en enero de 2016, cuando acometió una intervención de urbanismo táctico para evitar el tráfico de paso con un sencillo cambio de sentido. Desde entonces el volumen de coches que utilizaban esta vía para atravesar rápidamente Malasaña tienen que desviarse por Princesa, algo que ahora se ha incrementado con la puesta en marcha de Madrid Central.