San Antón y un fiel devoto

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Todos los años, al llegar el día de San Antón, se vestía con su mejor traje, se ajustaba el sombrero nuevo y se hacía acompañar por el gocho más hermoso en las tradicionales vueltas por las calles de Hortaleza, Mejía Lequerica, Barceló y Fuencarral. El cuadrúpedo disfrutaba de lo lindo haciendo sonar su esquila y engullendo con fruición los cagajones que a su paso dejaba la caballería. En sus buenos tiempos esta se componía de secciones de la Policía Municipal, Guardia Civil y de la remonta del Ejército. A estos se sumaban las numerosas mascotas de la ciudadanía acompañadas de sus orgullosos propietarios.

Muchos años antes, estando el Circo Price en la plaza del Rey, una recua de elefantes se acercaba hasta la iglesia de San Antón para recibir la bendición del santo.

(texto: Pablo Linés)

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