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El transporte por carretera busca alternativa al gasoil

El futurista interior del Iveco Z Truck.

Pedro Umbert

Hasta la fecha, la demonización de los motores diésel no ha llegado al punto de comprometer su utilización en el transporte por carretera. Claro que tampoco ha tenido mucho sentido agitar ese avispero a la vista de una cifra contundente: hoy por hoy, el 98,5% de los camiones que transportan mercancías a larga distancia se valen de gasóleo para moverse.

Jaime Revilla, presidente y consejero delegado de Iveco España, analizaba esta cuestión en una conferencia que impartió recientemente en la Escuela de Ingenieros Industriales de Madrid. Como no podía ser de otra manera, Revilla llevó el agua al molino de sus intereses al señalar al gas natural licuado (GNL), por el que ha apostado con fuerza su compañía, como única alternativa viable al gasoil en el futuro, pero no por ello sus reflexiones dejan de ser de lo más interesantes.

De acuerdo con su exposición, los motores diésel han llegado al límite de su capacidad técnica ante las normativas anticontaminación, de tal modo que, si se siguen fijando límites de emisiones más y más exigentes, este tipo de propulsores se verá condenado a incorporar sistemas de post-tratamiento cada vez más complejos y costosos. Serán, si no son ya, “auténticas centrales químicas”, señaló Revilla.

El asunto de las prestaciones parece garantizado con los nuevos camiones movidos por GNL, que vienen a proporcionar unos satisfactorios 400 caballos de potencia y 1.700 Nm de par motor, con autonomías que alcanzan los 1.500 kilómetros (2.200 en el caso del concept Z Truck). Son datos todos ellos que igualan y hasta superan los que ofrece un buen motor de gasoil actual.

Pero lo importante es lo que deja de hacer el gas licuado. En comparación con un propulsor diesel Euro 6, reduce las emisiones de NOx (óxidos de nitrógeno) un 54%, las de NO2 (dióxido de nitrógeno) un 96% y las de CO2 (dióxido de carbono) un 10%, lo que supone en este último caso 15 toneladas menos lanzadas a la atmósfera por camión y año. El consumo de combustible decrece un 15%.

En cuanto a las temidas partículas (PM), que repercuten de forma directa en la salud, se logra contraer las emisiones un 96% con respecto a los límites marcados por la citada normativa Euro 6.

Jaime Revilla destacó también las mejoras en materia de sonoridad de los camiones, puesto que los propulsados por gas acreditan 3 decibelios menos de ruido, una circunstancia que abre la posibilidad de entregas nocturnas en entornos urbanos.

El máximo responsable de Iveco España vaticina un futuro –no cercano– en el que “los vehículos híbridos llevarán a las personas y los de gas transportarán las mercancías”, a la manera como funcionan ya desde hace tiempo en ciudades como Madrid los camiones de recogida de basuras movidos por gas natural comprimido (GNC).

Para que ese escenario sea al menos posible, Revilla reclama a las administraciones europeas que, para el año 2025, hagan posible el desarrollo de las infraestructuras de repostaje con los siguientes ratios mínimos: un puesto de CNG cada 150 kilómetros y uno de GNL cada 400.

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