La jueza imputa a un profesor del máster de Casado por prevaricación administrativa

El profesor Pablo Chico de la Cámara ha acudido este viernes a declarar como investigado por el máster de Cifuentes y ha salido con una nueva imputación, en este caso relacionada con Pablo Casado. La jueza le acusa de prevaricación administrativa por calificar a alumnos que no cursaron el posgrado.

Este jueves, una de las compañeras de Casado imputadas, María Mateo Feito, reconoció que no fue a clase, no hizo exámenes y fue incapaz de demostrar que había entregado trabajos para aprobar. Sin embargo, sacó un sobresaliente en las cuatro asignaturas que cursó. El resto le fueron convalidadas.

Según dijo durante su declaración, fue Chico de la Cámara quien le puso la nota en una de esas asignaturas. Él lo niega, y a la jueza le ha dicho que ni siquiera fue profesor en el curso 2008-2009 cuando se impartió esa edición del Máster de Derecho Autonómico. Sin embargo, la jueza le atribuye un delito de prevaricación administrativa por poner notas a alumnos que no cursaron el posgrado, pero que aún así lograron el título.

Este viernes también han declarado como testigos varios alumnos del máster, que lo cursaron el mismo año que el presidente del PP. Todos le han dicho a la jueza que era obligatorio asistir a las clases, aunque Casado no lo hizo y obtuvo, a pesar de ello, sobresaliente en todas las asignaturas.

Un despacho aún sin registrar

Antes de Pablo Chico ha declarado el también profesor de la Rey Juan Carlos Pablo Acosta. En su caso lo ha hecho en condición de testigo, porque se hizo cargo del Instituto de Derecho Público (IDP) de la Universidad Rey Juan Carlos tras la destitución de Enrique Álvarez Conde. En su declaración ha asegurado que el despacho del catedrático está cerrado con llave desde que lo abandonó y no descarta que allí haya más documentación sobre los alumnos que cursaron el posgrado.

La jueza llamó a declarar a Acosta después de que este enviase una caja con documentación de las alumnas imputadas que habían cursado el mismo máster que Casado. Carmen Rodríguez-Medel quería interrogarle por la repentina aparición de esa nueva información.

Acosta, que se ha hecho cargo del IDP de forma temporal mientras se gestiona su cierre, ha explicado que la caja no contiene información relevante, pero que decidió enviarla tras localizar papeles relacionados con esas alumnas. Según ha dicho, desde su nombramiento el pasado mes de abril ha estado “desbordado”. “Se me hizo todo grande”, ha dicho a la jueza, según relatan fuentes jurídicas.

Afirma que ha estado solo al frente del IDP y que carecía de medios para buscar toda la documentación relativa al máster. En este contexto, ha contado a la jueza que el despacho de Álvarez Conde permanece cerrado desde que este lo abandonó, no ha entrado nadie, “está intacto”. No descarta que allí haya más documentación relacionada con el caso, ha añadido.

Fuentes de la Universidad precisan que el despacho en el que no se ha entrado es el que tiene Álvarez Conde como profesor, pero sí que accedieron y revisaron el que tiene el IDP.

Una alumna reconoce que no hizo nada

Este jueves, una de las alumnas imputadas confesó que había obtenido el título sin hacer nada. María Dolores Cancio ha relatado que fue becaria de investigación de Enrique Álvarez Conde, el responsable del Instituto de Derecho Público, un organismo adscrito a la Universidad Rey Juan Carlos que impartía este máster. Según ha declarado ante la jueza, fue este profesor quien le animó a matricularse como vía para conseguir posteriormente el doctorado. Casado dio esta misma versión y definió el master como suerte de curso puente hacia el doctorado.

Cancio, que escribió varios libros con Álvarez Conde, ha contado en el juzgado que fue este quien le indicó que debía hacer para convalidar 18 de las 22 asignaturas del máster, las mismas que Casado. Ambos habían cursado la carrera de Derecho, y con eso se ahorraron tener que sacarse la mayoría de materias del posgrado.

Además, Cancio también ha relatado que tuvo permiso para no ir a clase. Pero su confesión fundamental ha llegado cuando ha dicho a la jueza que ni siquiera tuvo que hacer trabajos para aprobar las cuatro asignaturas que no le habían convalidado. No tuvo que hacer nada, las aprobó sin más. Obtuvo el título sin ningún esfuerzo.