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Testarudos, impacientes y avariciosos, fuera de la bolsa

Invertir en bolsa no siempre es rentable, pero puede serlo si el ahorrador no se aferra a sus acciones de toda la vida y esta dispuesto a diversificar su cartera, a tener paciencia y a asumir pérdidas a largo plazo.

Esta es la principal conclusión de un estudio realizado por el profesor Pablo Fernández y el investigador Vicente J. Bermejo, ambos de la escuela de dirección de empresas de la Universidad de Navarra IESE sobre los descensos de las cotizaciones de 154 empresas españolas entre 1990 y 2008, con la salvedad de que no todas cotizaron todos los años.

Fernández y Bermejo señalan que, aunque la inversión en bolsa sigue siendo más rentable que otras alternativas, exige del inversor paciencia “para soportar descensos importantes” y una actitud flexible que le permita estar dispuesto a diversificar sus activos.

Según el estudio, entre diciembre de 1990 y marzo de 2008 casi el 40% de las cotizadas españolas sufrieron un descenso en su cotización superior al 70%.

De las 154 compañías estudiadas, 19 de ellas sufrieron pérdidas en bolsa superiores al 90%, y 61 cayeron más del 70%.

Así, en esos 18 años las cotizadas españolas han perdido de promedio el 64% de valor bursátil.

Por lo que respecta al selectivo español, el Ibex-35, el mayor descenso de su historia -del 58%- se produjo entre marzo de 2000 y octubre de 2002, cuando pasó de 12.816 a 5.368 puntos.

En lo que va de año, el Ibex ha perdido el 10,33% y ha llegado a caer el 18% entre el 2 y el 23 de enero.

La mayor caída -del 7,5%- y la mayor subida -del 7%- en un día del selectivo español se produjeron en enero de este año, consecuencia de las turbulencias financieras provocadas por la crisis de las hipotecas “subprime” o de alto riesgo de Estados Unidos.

A estas turbulencias hay que sumar que, según Fernández y Bermejo, las subidas de los tipos de interés suelen provocar “descensos sustanciales” del Ibex.

El tipo de interés en la Eurozona es actualmente del 4%, el nivel más alto desde hace más de seis años.

Responsables del Banco Central Europeo (BCE) han dejado claro en los últimos meses que la preocupación de la entidad es el control de la inflación, lo que aleja la posibilidad de una rebaja en los tipos de interés.

Además, el Euribor, el indicador más utilizado para el cálculo de hipotecas, ha cerrado el mes de mayo en el 4,994%, el mayor nivel de los últimos ochos años.

En cualquier caso este panorama, en principio poco alentador, no es peor que el de otros índices como el S&P 500, para cuyo estudio los investigadores del IESE se han remontado hasta su creación en 1926.

El famoso crack del 29 tuvo como consecuencia que el índice perdiera entre agosto de ese año y junio de 1932 el 84,8%.

En 1973, tras la crisis del petróleo, cayó en doce meses el 43,3%.

Más recientemente, la crisis de las “punto.com” llevó al S&P 500 a caer el 43,6% entre agosto de 2000 y febrero de 2003, lo que en España tuvo su reflejo en las caídas de entre el 98 y el 99% experimentadas por Terra y Jazztel entre febrero de 2000 y septiembre de 2004.

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