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Muebles 'vintage' restaurados, un modelo de negocio que prospera en Gran Canaria

Exposición de muebles 'vintage'. Proyecto Polonium 209

Jennifer Jiménez

Las Palmas de Gran Canaria —

Lámparas, mesas, sofás, máquinas de escribir... cualquier mueble o pieza de decoración clásica o de los años cincuenta son susceptibles de ser restauradas por Ángel Fernández y Florencia Hinze, una pareja residente en la Garita que ha implantado un modelo de negocio no muy común en Canarias.

Su proyecto, Polinium 209 nace con el objetivo de recuperar mobiliario antiguo que pueda ser reutilizado. Uno de los objetivos que se marcan es que llegue la menor cantidad posible a la basura y que se puedan aprovechar al máximo. Para ello, la pareja viaja por toda la isla buscando objetos que le llamen la atención y que después restauran poniéndoles su toque personal. En este proceso emplean materiales reciclados consiguiendo así un diseño diferente sin perder la esencia del original.

Fernández indica que se trata de un negocio muy extendido por muchas ciudades europeas. Cuenta que los extranjeros están muy acostumbrados a comprar este tipo de muebles y que el mismo rastro de Madrid ofrece una amplia oferta. Por este motivo, al ver la carencia de un negocio implantado en Canarias en este sector se decidieron el verano pasado a poner en marcha este proyecto. “Hay personas que se dedican a vender muebles concretos de forma particular pero no es una tendencia extendida”, señala.

El emprendedor apunta que han tenido una buena acogida en la población canaria y que hacen un buen balance del año. Y es que el perfil del comprador es muy abierto, según relata, ya que “no son muebles ni demasiado antiguos ni muy caros”, por lo que se han acercado a comprar piezas desde personas jóvenes, a otras más mayores “que se sorprenden” de ver objetos que formaron en el pasado de sus vidas y muchos turistas.

La forma de venta también es innovadora, se hacen eco a través de las redes sociales y las nuevas tecnologías para publicitar sus productos, que luego el posible comprador puede acercarse al taller donde trabajan y apreciarlo. Fernández defiende que es una buena opción “porque aunque son productos antiguos tienen una muy buena calidad, sin llegar a ser piezas de colección”. Además de vender productos los alquilan como decoración para eventos, locales e incluso a productoras que puedan necesitarlo en obras de teatro o en otros acontecimientos.

Cuenta este impulsor que, no obstante, se trata de un trabajo muy arduo en algunos momentos, puesto que para conseguir los muebles tienen que recorrer todos los pueblos de la isla, moverse mucho y hacer mucha campañana por las zonas que visitan, repartiendo tarjetas con su dirección para que cualquier persona que ya no desee tener en casa alguna pieza antigua pueda ponerse en contacto con ellos. Fernández indica que esta tarea se hace más trabajosa si se tiene en cuenta que en la península una persona del sector puede moverse por un territorio más amplio con su furgoneta, incluso puede desplazarse a otros países, sin embargo aquí se ven más limitados en ese aspecto.

Sin embargo, el emprendedor aclara que él y su pareja están muy ilusionados con el proyecto y con seguir ampliándolo. Han pensado en expandirlo al resto de islas y comenzar a fabricar ellos sus propios muebles a partir de materiales reciclados.

Además, a pesar de que no tienen tienda física sí que organizan cada cierto tiempo lo que se conoce como 'Showroom' o muestrario de muebles. Recientemente han mostrado una colección de piezas en la zona de Triana en Las Palmas de Gran Canaria, que gozó de bastante éxito.

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