Continúan los contactos para la formación de un gobierno de unidad nacional

TÚNEZ, 16 (Reuters/EP)

Los partidos tunecinos continúan negociando la formación de un gobierno de unidad nacional para superar la crisis política desatada tras la revuelta popular que ha provocado el derrocamiento del ya ex presidente Zine al Abidine ben Alí, huido del país el viernes.

El primer ministro, Mohamed Ghannouchi, continúa con las negociaciones por encargo del presidente interino, Fuad Mebazza. Los primeros signos parecen positivos, pero los problemas podrían llegar con la negociación concreta de los ministerios que serán asignados a miembros de la oposición.

En concreto, Ghannouchi se entrevistará con el líder del principal partido opositor, Ettajdid, Ahmed Ibrahim, y con otros dirigentes opositores, según ha revelado el propio Ibrahim. “Lo principal para nosotros es ahora mismo poner fin a todo este desorden. Estamos de acuerdo en varios principios relativos al nuevo gobierno. Seguiremos dialogando”, ha explicado.

“Mi mensaje es decir no a (Muamar) Gadafi: no queremos dar marcha atrás”, ha señalado. El líder libio, Muamar Gadafi, dijo el sábado que la población habia tenido demasiada prisa en derrocar a Ben Alí.

Los analistas advierten de que las protestas podrían reproducirse si la oposición considera que no obtiene la suficiente representación en el ejecutivo o si los elementos más recalcitrantes del régimen de Ben Alí conservan su influencia.

El gobierno de unidad nacional, una vez formado, deberá convocar elecciones para los próximos 60 días, tal como establece la Constitución tunecina y recordaba el Consejo Constitucional.

Los opositores quieren garantías de que la campaña de las próximas elecciones presidenciales sea libre y que haya suficiente tiempo para ella. También exigen una mayor apertura democrática y que el sistema se sacuda la influencia de la Agrupación Constitucional Democrática (RCD), el partido de Ben Alí, que funcionaba prácticamente como un partido único.

El dirigente opositor Najib Chebbi señaló el sábado tras entrevistarse con Ghannouchi que las elecciones podrían celebrarse en seis o siete meses, y no en 60 días como establece la legislación.

Mientras, en la calle, se respira una calma tensa con una fuerte presencia militar guardando los principales edificios públicos. El sábado decenas de personas murieron en incidentes violentos como tiroteos desde coches y fugas de prisiones, pero los vecinos aseguran sentirse ya más tranquilos.

“Anoche levantamos barricadas para proteger nuestro barrio y había equipos comprobando los coches. Ahora estamos levantando las barreras y volviendo a la normalidad”, explica Imed, un vecino del bario de Intilaka, en Túnez.

El domingo es festivo en Túnez y las calles estaban en calma. Sin embargo, hay gente comprando alimentos y por primera vez en días se podían ver vehículos comerciales haciendo repartos. Durante la noche apenas se pudieron escuchar disparos en la capital, a diferencia de los intensos disturbios de la noche del viernes al sábado.

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