Independientemente de que sabemos del deseo de algunos imputados de acudir ya a declarar sin necesidad de conocer lo que de ellos dice el sumario, tenemos noticias de otros que ya están poniendo el grito en el cielo ante la imposibilidad de sus abogados de poder leerse en quince días escasos todos los tomos de que constan las actuaciones. Por eso le han hablado a Espinosa de indefensión y otros palabros que se nos escapan de puro técnicos que son. Pero hay que congratularse de que se haya levantado el secreto del sumario, por más que algunos majaderos anden escupiendo estupideces por las esquinas. Ya les hemos comentado lo de los cochinos y lo de la llegada de la festividad de San Martín. Y a ver qué pasa.