Abrir una consulta popular para que los ciudadanos elijan qué corona habrá de lucir una reina de Carnaval es una muestra evidente de los valores culturales que atesora y defiende este Ayuntamiento de Las Palmas. Pan y circo. Es cierto que una iniciativa como esa, que costará un dineral al presupuesto de las fiestas (con una amplia aportación del erario público) se presta inmediatamente a la demagogia, a las comparaciones fáciles y directas. Pero quizá sea mucho más demagógico por populista que una institución pública que se queja ante el resto de Administraciones de muchos problemas estructurales (vivienda, paro, marginalidad, ausencia de proyectos ilusionantes, estado de carreteras...) dedique sus esfuerzos económicos y políticos a calmar a las masas con iniciativas como ésta. Pero es lo que el pueblo soberano ha elegido, y siempre habrá que felicitarlo por ello.