Malos tiempos para los dispendios, y peores tiempos para reclamar más presupuesto público haciendo dispendios. Es lo que debería hacerse ver la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, sumida, como el resto de organismos públicos, en las consecuencias de los duros recortes presupuestarios. En una etapa pre-electoral, el rector, José Regidor, hace bien en exigir al Gobierno canario más fondos para poder hacer frente a todos los servicios que tiene que prestar la institución académica. Pero con la misma energía debería exigir a todos los organismos que directa o indirectamente dependen de su influencia que empiecen por predicar con el ejemplo. No es de recibo, verbigracia, que el Consejo Social de la ULPGC haya decidido, sin el voto en contra de los miembros de la Universidad y sin la oposición del magnífico Regidor, regalarse un IPad de última generación. En total, 25 miembros: un presidente, un vicepresidente, tres representantes de la Universidad, tres por el consejo de Gobierno de esa institución, dieciséis vocales en representación de la sociedad civil y un secretario. Les felicitamos por tan oportuna y unánime decisión.