La noticia de las primeras exposiciones públicas de los proyectos de los arquitectos estrella para el istmo son un ejemplo más del papanatismo que reina en esta tierra. Ha quedado suficientemente acreditado por la Unión Europea y por el Gobierno del Reino de España que se trata de un concurso ilegal, y los periódicos de papel y otros muchos medios lo han considerado noticia de apertura. Europa y Madrid han dicho claramente que hay que suspender ese concurso y convocar uno nuevo en el que, si se desea, se dé entrada a esos seis arquitectos internacionales. Pero nada, el trío del istmo se ha saltado la ley y las indicaciones a la torera y ha tirado por la borda la posibilidad de aprovechar esos proyectos para el futuro. Eso significa que ninguno de ellos podrá aplicarse en el istmo porque, sencillamente, han quedado inservibles legalmente. Por lo tanto, decir, como se ha dicho, que esos proyectos diseñan el futuro de la ciudad no sólo es una falacia, sino también un insulto a la inteligencia del respetable.