Al otro extremo de la isla surge la sorpresa, la que nos vamos llevando con Marco Aurelio Pérez en Las Tirajanas. Eficaz y sin sectarismos empieza a trabar una gestión que bien pudiera ir in crescendo hasta terminar por constituirse en un gran alcalde. Ahora está el hombre con el Plan General y seguro que lo saca. Dos sugerencias: la de arrancar con una actuación piloto de reconversión de la planta turística obsoleta, pues es conocido el estado de desesperación de algunos complejos que no se venden a ningún precio. La segunda, intentar consensos, que es buena cosa, aunque a Soria le produzca agujetas en el cerebro la sola palabreja.