Ha cuajado en el Partido Popular de Gran Canaria la genial idea que un día tuvieron Víctor Rodríguez Gago y Larry Álvarez de reinventar la realidad y contarla a su modo en una hoja volandera anónima. Creyeron que les iba a ir de maravillas, pero se tropezaron con dos problemones insalvables: 1) que la peña no es tonta, y 2) que engordaban a los atacados. Una fatalidad, oiga. Pero como todo en esta tierra, las contraindicaciones llegan a tarde a todos los puntos calientes de la geografía. Por ejemplo, a San Bartolomé de Tirajana, donde la oposición municipal anda enraladísima mandando mensajes a móviles relatando situaciones inverosímiles de enfrentamientos a muerte entre Pacuco Guedes y Pepe Juan Santana. O entre Concha Narváez y su canguro, y entre Soria y Marco Aurelio. Porque ya puestos a inventar.