Para pasiones las que se levantan cuando algún sindicato independiente ve peligrar su integridad o la de sus afiliados. Uno de ellos, que debe estar en capilla, ha conseguido el fervor de sus familiares y amigos, como no podía ser de otro modo. Es un sindicalista de Global que ha sido despedido y que está a punto de juicio laboral. Algún alma caritativa, para echar una manita y crear un ambiente propicio, tuvo la ocurrencia de enviar unos faxes masivos y anónimos contra el director de Recursos Humanos de Global, que viene a ser Paco Zumaquero, al que se acusaba de cosas imposibles. Todo, claro está, a mayor gloria de la libertad sindical y la angélica actitud del sindicalista en capilla. Los faxes, curiosamente, partían del Colegio de Arquitectos, donde tienen localizado al presidente del club de fans del sindicalista. Así que, como en época de rebajas, dos despidos por el precio de uno.