Sobre este blog

El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Extraños hallazgos en Marruecos

Concentración contra las prospecciones petrolíferas en Las Palmas de Gran Canaria.

No una ni dos, cuatro. En cuatro ocasiones se ha desinflado en cuestión de días (incluso de horas) la euforia que incomprensiblemente embarga a los partidarios de las prospecciones petrolíferas al anunciarse el falso hallazgo de petróleo en las vecinas costas marroquíes. El cuento chino de que el primero que encuentre se lleva todo los hidrocarburos cala entre los ignorantes obviando hasta las mismísimas afirmaciones de Repsol, que siempre ha sostenido que la plataforma marroquí es diferente de la canaria, donde tiene autorizados los sondeos. Resultan muy curiosos estos anuncios, lanzados en esta última ocasión por la petrolera turco-británica Genel Energy, que corren como la pólvora seguramente para dar pábulo a los inversores bursátiles y para alimentar de manera falsaria las expectativas de que los intentos españoles corran igual suerte. Antonio Brufau, compadre de Soria y presidente de Repsol, alimentó esas especulaciones, barriendo también en favor de la cotización de su compañía al alegar que el hallazgo de petróleo en Marruecos hace más “atractivas” las eventuales explotaciones en Canarias. Lamentablemente, nadie le preguntó cómo puede ser esto así, salvo que lo que se pretenda es extender la especie –por otro lado muy utilizada por el PP- de que, puestos en el caso de asumir riesgos de marea negra, es más patriótico que la produzca una empresa patria en aguas territoriales propias, que una extranjera en un país vecino.

A 200 kilómetros y a menor profundidad

Porque puestos a comparar el pozo Sidi Moussa-1 con el frutero de cuadrículas autorizadas a Repsol frente a Lanzarote y Fuerteventura, las diferencias son notables. El hallazgo marroquí, desmentido en cuestión de horas por la autoridad energética de ese país, se encuentra a 200 kilómetros al norte de Canarias, a 59 de Sidi Ifni. Y a una profundidad de 2.000 metros. Es evidente que una explotación petrolífera a 200 kilómetros de Canarias, de confirmarse alguna vez un hallazgo positivo, entraña peligro para el Archipiélago. Máxime si se tiene en cuenta que Marruecos no está sometido a las directivas europeas ambientales, alguna de las cuales ni siquiera cumple Repsol gracias a la generosidad mostrada por Arias Cañete en sus últimos días al frente del Ministerio de Medio Ambiente. Es evidente también que el Gobierno de España, en su línea habitual de menospreciar los intereses canarios, ni siquiera se ha molestado por comprobar la seguridad de esas prospecciones ni su adaptación al Derecho internacional. Lo hizo, sin embargo, cuando en 1999 se supo que Rabat planeaba una central nuclear en Tan Tan, que casualmente está de aquí a la misma distancia que este pozo frustrado, 200 kilómetros. Pero siendo peligroso un pozo a esa distancia, mucho más lo es uno a 50, y no digamos si a ese riesgo se añade que la profundidad de los de Repsol será de 5.000 metros. No cabe esperar del Ministerio de Industria ninguna gestión ante el Gobierno marroquí ni ante la Unión Europea para exigir máxima seguridad en esos sondeos de enfrente porque lo que realmente le interesa es que cuaje el principio retrógrado de que hay que continuar explotando los yacimientos de combustibles fósiles para justificar el presunto negocio de Repsol. Insistimos en lo de presunto porque, en aplicación de los parámetros de euforia ante los hallazgos frustrados en Marruecos, sería natural que tampoco fuera de calidad el crudo que se pretende encontrar en Canarias. Brufau no deja de advertirlo.

Aguedita pregunta por dinero

Las desfachatez que presenta el Partido Popular de Canarias cuando se trata de hablar del destino de los fondos públicos todavía no llega al nivel que se vive estas semanas en Madrid, donde las imputaciones penales se acercan peligrosamente al entorno más cercano al presidente Rajoy. Pero desfachatez hay, y de la buena. Este martes hubo una muestra en el Parlamento de Canarias, donde la diputada Águeda Montelongo recriminó al Gobierno que destine 125.000 euros a la cofinanciación del festival Womad, previsto para el próximo mes de noviembre en Gran Tarajal (Tuineje). Montelongo, cómo no, clamó contra esta inversión al considerar que la isla tiene otras prioridades, como los hospitales (donde el PP no ha hecho más que recortar) o las infraestructuras (más de lo mismo). Con mucha elegancia le contestó el consejero de Economía y Hacienda, Javier González Ortiz, que recordó a los presentes el importante retorno económico que este festival tiene tanto en lo público como en lo privado; en lo público por lo que representa de promoción turística al tratarse de un acontecimiento multitudinario en una playa –es decir, al aire libre- en pleno noviembre mientras Europa tirita de frío, y en lo privado, por razones obvias relacionadas con el transporte, la hostelería y el comercio. La aspereza más dura que González Ortiz largó a la diputada majorera fue su comprensión hacia aquellas formaciones políticas que no comparten los valores y la filosofía del Womad, que enlazan directamente con el sentir de muchos canarios: tolerancia, intercambio multicultural y máximo respeto al medio ambiente. Esto último exaspera especialmente al PP, como quedó reflejado en la intervención de Montelongo, que acusó al Gobierno de pretender utilizar el festival como altavoz en su cruzada contra las prospecciones petrolíferas.

Noviembre, mes de la consulta

Tiene sus motivos para la inquietud el PP: noviembre, mes en el que habitualmente se celebraba el Womad hasta que ese mismo partido lo borró del mapa, coincide con la consulta petrolera, y la playa donde se va a celebrar resulta ser el punto más cercano a las autorizaciones de Repsol. No hay que descartar que la multitudinaria congregación de personas que se den cita sobre la arena de Gran Tarajal se convierta en un gran clamor contra el petróleo y en favor de las renovables, ni hay que descartar que muchos canarios recuerden en esos instantes que el festival se perdió para Las Palmas de Gran Canaria por culpa del mismo partido que impone el petróleo por las bravas. Un partido que acusa al Gobierno de no haberle ayudado a su financiación en la capital grancanaria cuando ni siquiera hizo el menor acercamiento para que así fuera. Pero volviendo a la pregunta de Águeda Montelongo: lo que le perdonó González Ortiz a la parlamentaria fue un reproche a la inoportunidad de que una persona imputada en el TSJC por presunta malversación, por haber destinado fondos públicos del Patronato de Turismo de Fuerteventura a cuchipandas y festines de destacados miembros nacionales del PP, se atreva a preguntar por dinero. Por cierto, el mismo mes de noviembre del Womad y de la consulta petrolera será también el de una nueva comparecencia de la imputada Montelongo en el Tribunal Superior de Justicia de Canarias. Las casualidades las carga el diablo.

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