Muy oportuna, sí señor, la llamada de atención lanzada por los empresarios de hostelería y turismo en torno a lo que sucede en el Sur grancanario. Desde las últimas elecciones nada se ha movido para rematar planes generales de ordenación urbana, instrumentos vitales para poder hablar de futuro con fundamento. Siendo grave en Mogán, en San Bartolomé de Tirajana la cosa adquiere tintes tremendistas. Grandes empresarios con proyectos parados o en situación de clara ilegalidad miran para todas partes en busca de una respuesta que nadie es capaz de dar. Quizás estos grandes puedan esperar, pero un sinfín de pequeños empresarios y economías domésticas lo pasan cada vez peor a la espera de que a los señoritos les dé por cumplir con su obligación.