Ya les hemos acercado en alguna ocasión incidentes que se producen en torno a ese pedazo de tránsfuga y sus aclamadas maneras de dirigir las concejalías que le cayeron en gracia tras la desgraciada moción de censura que castiga a San Bartolomé. Un día, para beneficiar a los amigotes, dio instrucciones a la Policía Local de no aparecer por donde no debía, es decir, por la Plaza de Maspalomas, donde se desenvuelven con nocturnidad y algo de alevosía locales nocturnos vinculados a Fecao. No son gratuitos los piropos que lanzamos: a esos locales se les permite cerrar a la hora que les marca la caja registradora y conducirse como salas de fiesta o de striptease según les convenga. Mientras, a las salas convenientemente autorizadas se les ordena precinto por cuestiones de menor enjundia que, una vez corregidas, no son suficientes para la reapertura. Marco Incomparable jura por su honor que no hay persecución, pero tendrá que hacer mayores esfuerzos para convencernos.