Lamentablemente para los ciudadanos de Canarias, Soria no anduvo tan ágil cuando viajó a Salzburgo y a Noruega invitado por el empresario noruego Björn Lyng. Si lo hubiera estado habría solicitado que le investigaran nada más llegar de la pesca del salmón para que todos los canarios comprobáramos a través de la Televisión Canaria que ese viaje no afectó en absoluto a un asunto que ahora tiene que abordar el Parlamento de Canarias: la autorización para que el empresario noruego tenga derecho a contruir otras 3.600 camas en Anfi Tauro, en Mogán. El expediente sigue su tramitación sin que se conozca actualmente cuáles son las intenciones del Gobierno, y menos las del grupo Popular. Mientras, y en demostración evidente de que todos los caminos llegan a Roma, el chalet de Esquivel es casi del color de los salmones que Soria pescó con Lyng.