Las investigaciones judiciales sobre corrupción son un coladero, como queda acreditado cada mañana cuando se abre Internet o se acude al kiosco. Y no todas las rendijas son las mismas para cada medio de comunicación, que ya se sabe que cada cual se gana los garbanzos como puede. Los periodistas tienen la obligación de informar, y mientras no traspasen los límites admisibles, rián pa'l puerto. Otra cosa es que lo hagan los políticos interesados en la causa, y peor que utilicen para ello a fiscales amigos. Hay uno que emplea gran parte de su tiempo en preguntar cada día cómo va lo de Faycán para, a continuación, soltárselo en crudo a la gente del PP canario. Se lo toma tan a pecho tal fiscal, que a veces se le escapa esa expresión tan chirriante de “los nuestros”, en referencia al partido del que forman parte la mayoría de los imputados teldenses. La pregunta de la semana fue, “pero, ¿qué haces con los nuestros?”. Los nuestros eran los detenidos.