La famosa operación del istmo tiene en un sinvivir al pobre Arnáiz, que insiste de manera incansable en cepillarse todo lo que pueda estorbar, pero muy especialmente aquello que estorba y a su vez agrada a los empresarios con los que ya había adquirido interesantes compromisos de traslados y/o rescate de concesiones. De este modo, al consejo del lunes van modificaciones de planeamiento para la definición del istmo y el traslado de Frisu al Muelle Grande, junto al superfrigorífico de Spanish Pelagic. De este modo, Arnáiz da cumplimiento a unos acuerdos del consejo de administración que habían quedado anulados cuando la UE, Fomento y el propio consejo, declararon nulo de pleno derecho el invento de La Gran Marina. Pero él sabrá a qué viene la perreta.