De bochorno en bochorno, y aquí no hay nadie que dimita o destituya a los responsables. Nos referimos a la noticia que hoy ofrecemos a nuestros lectores acerca de la fatídica coincidencia de color entre la pulserita de La Gran Marina y la que registró en enero la Asociación Española contra el Cáncer para racaudar fondos para esa iniciativa benéfica. Se enteró la semana pasada el presidente nacional de la ACC cuando viajó a Gran Canaria para resolver asuntos de la delegación insular y vio una de las famosas pulseritas. Empieza a ser bastante lacerante, a la par que patético, el intento de Soria y Luzardo de meter la idea de La Gran Marina en las mentes de los ciudadanos aunque sea con calzador. No reparan ni en gastos ni en los efectos colaterales que la perreta pudiera ocasionar. Sepan los que luzcan la pulsera verde que o están apoyando una campaña contra el cáncer o están contribuyendo todavía más a esta colosal ceremonia de la confusión.