Nadie se podía imaginar hace un año, cuando empezó esta majadería de La Gran Marina, que se trataba de un proyecto envenenado. Soria y Mauricio se las prometían muy felices, y se las juraron más felices todavía a Pepa Luzardo, a la que aseguraron el liderazgo de una operación que la consagraría como la alcaldesa que transformaría la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Ni ellos ni los empresarios amigos, a los que reunieron para contarles el proyecto, se podían imaginar que un año después las cosas estarían tan podridas que incluso podrían acabar con el pacto que gobierna en Canarias. Así es. José Manuel Soria reclama más apoyo, y situará en el consejo de administración de la Autoridad Portuaria, previsto para el 5 de mayo, la prueba del nueve de la salud de este acuerdo entre el PP y CC. Si se confirma lo que Mauricio anda diciendo, lo que Herrerita anda diciendo, lo que toda CC anda diciendo, Soria y el PP se quedarán solos defendiendo La Gran Marina. Y eso es un escarnio insoportable para Su Excelencia.